Desde Berlín, Alemania, nos escribe nuestro asiduo ciber lector, el pichilemino Jorge Aravena Llanca, siempre atento al acontecer nuestro, para declarar su apoyo al Canal 3 de Televisión local que ha manifestado –a través de una Declaración Pública que difundimos- las presiones por parte de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, organismo estatal que –ante concesiones radiales maquinadas con artimañas- ha hecho vista gorda hasta el día de hoy. Actitud por lo demás no solo en Pichilemu, sino en otros casos que se repiten en otras comunas del país. Este es el texto:

Sr. Washington Saldías González
Presente

En conocimientos por vuestro periódico Pichilemu News, del intento de clausurar a la Agrupación de Audiovisualistas de Pichilemu, me pongo en alerta roja, por ser esa actitud del actual Gobierno de Chile, un peligro a la calidad democrática que alegan defender.

Es una intervención desaforada para intentar doblegar a este medio, modesto y con vocación pichilemina y, despojarlos del prestigio y del éxito alcanzado, por el temor a perder el absoluto mando de los medios de comunicación y de este modo seguir controlando la idealización de todas las propuestas independiente de Chile.

Es una guerra a la inteligencia, cultura y emprendimiento de la juventud pichilemina.

Antes, en gobiernos pasados, vimos y sufrimos por estos mismos motivos, muchos atentados a la democracia, a la libertad de expresión de ciudadanos inteligentes, cultos y con inmenso a amor a la tierra que los vio nacer a la que intentaban darle, como ahora esta Agrupación, con tanta humildad su trabajo y con desinterés económico, todo lo aprendido y valorado como principios de humana reciprocidad.

Con esto, el Gobierno demuestra, y que son concientes de ello, y permiten, que exista en Chile, por su cobardía en no declarar públicamente estas presiones, una mano transversal, siniestra de olores extranjeros y dictatoriales, de misterios soterrados, que intentan un ataque frontal a la seguridad ciudadana, al poner en peligro las expresión libre de la cultura y la información vocacional que tiene esta Agrupación de dar, desinteresadamente a su pueblo, no sólo entretención visual, sino, fundamentalmente, cultura, educación y datos fieles, en todo su arco iris, como honestos testigos de la marcha humana del pueblo que los vio nacer.

Este procedimiento está fundamentado por ese germen dictatorial que algunos políticos tienen con el pueblo que los ha elegido. Es el peligro, y son culpables por su inconsecuencia, del atraso en lo social, político, religioso y económico que sigue sufriendo nuestro pueblo pichilemino.

¡Qué duro golpe para Pichilemu!

¡Este atentado no se puede, ni se le debe permitir!

En cuanto se le despoje, a la Agrupación de Audiovisualistas de Pichilemu, de la autorización para seguir transmitiendo, esa misma línea audiovisual, esa señal televisiva, le será entregada a otra firma que será una de las mismas que operan con gran capital y cuantiosa publicidad, a la mismo agente que opera en gran escala y maneja casi todas las redes de comunicación en Chile.

O, sin duda, a algunos de sus soterrados correligionarios, o intenten, como es habitual, sobornar a cuantos les ofrezcan una valiente fuerza de contención.

Pretenden que cambie de manos el prestigio alcanzado por nuestros coterráneos pichileminos, pasará a los siniestros traseros de los que sólo han embadurnando el entendimiento de la población chilena que crece hacia abajo, en su calidad de ser pensante, con un abono, en los surcos de su historia, de un siniestro material con el que intentan dominar empleando las inmundicias y desperdicios que generan sus ansias de dominio, o eliminar, con ello, toda la iniciativa progresista de nuestros jóvenes pichileminos aunados tan sólo de buenas y sanas intenciones.

Amigos míos, de la Agrupación de Audivisualistas de Pichilemu, me hago cargo de mis palabras, para hacer la denuncia donde quiera que se pueda.

Estoy con ustedes, con lanza, honda y grito a flor de piel. Con un pie adelante pronto a iniciar el camino hacia la batalla que debemos dar todos juntos.

Pichilemu tiene una gran experiencia en esto de agruparse para dar luchas comunitarias a la injusticia o a la carencia de bienes que le pertenecen y siempre ha triunfado por ser ellas dignas en derecho y bien común.

¡Cuidado, con Pichilemu no se juega!

Va mi apoyo incondicional a la tarea desarrollada por vuestra valiosa vocación pichilemina.

En primer plano, al frente de cualquier defensa, quedamos en pie de guerra contra la injusticia que se intenta cometer contra vosotros y vuestra noble obra de jóvenes artistas amantes de su tierra.

Por ello digo una vez más “Quiero volver a Pichilemu”.
¡Pichilemu ante todo!

Jorge Aravena Llanca
Hijo Ilustre de Pichilemu