Fuente: www.pichilemunews.cl – 20.01.2023
- Medio escrito que -como otros: El Marino (1908), El Puerto (1917)- cuenta la historia de hechos relevantes en variados ámbitos del quehacer comunal.
- “El Promaucae” quedó -para muchos lectores- como un periódico pichilemino; pero no, solo fue el Suplemento del periódico “Pichilemu” que se volvió a reeditar después de casi 4 décadas de sueño invernal. ¿Porque esa creencia errónea?. Acá le explicamos parte de la historia ...

El año 1986 -solo a dos años del 40° Campeonato Nacional Amateur de Fútbol Adulto, el que en casa consiguió el seleccionado local- estábamos concretando un escondido anhelo de contar con un periódico, un medio de comunicación que era, en ese tiempo un desafío casi imposible de lograr; pero dios mediante se pudo sacar a la luz pública.
En esos años del régimen militar existía un organismo que regulaba la existencia de medios. Y, para cumplir con las disposiciones vigentes enviamos la solicitud a DINACOS, pero nunca respondieron.
Periodistas amigos del diario La Tercera, medio del cual era su Corresponsal para Pichilemu y la nueva provincia de Cardenal Caro, me orientaron ante el impedimento y tramitación: “Haz lo que hicieron con el Fortín Mapocho, un medio creado legalmente, pero que permanecía “durmiendo”.
¿Hubo alguna vez un periódico en tu comuna?, averígualo y consigue los derechos y lo sigues editando tú ...”.

Claro, sabíamos de la existencia de medios de comunicación que habían salido en el pasado; pero no nos habíamos puesto en ese escenario .., así que averiguamos la dirección de residencia del fundador del periódico “Pichilemu” y fuimos a conversar con él -don Carlos Rojas Pavez- al que obviamente conocíamos; pero nunca antes en las conversaciones salió ese tema.
Era una incógnita cuál sería su disposición. Además, éramos hijo de un adversario político; pero una vez que lo llamamos por teléfono y tras decirle que tenía interés de conversar personalmente y si podía recibirme, su alegría de conversar con un coterráneo -que sabía había sido compañero de escuela de uno de sus hijos, Mario- propuso hora y día y, así llegamos a la comuna de La Reina, donde residía ya viudo junto a parte de su familia.
Cuando le expliqué cuáles eran mis propósitos y que una de las maneras, para soslayar “el permiso de Dinacos” era recurrir a una publicación ya autorizada legalmente en su momento, al margen de estar circulando o no, y entramos en materia, me dijo de inmediato: “Lo felicito por sus intenciones de editar el periódico”, pero me advirtió: “No es cosa fácil, mantener una publicación -no obstante tenga apoyo del comercio- no es un negocio si lo mira como tal. Al contrario, pese a todo su entusiasmo es posible que llegue el momento de dejar de editarlo; pero si usted tiene esa convicción, adelante. Lo autorizo a que lo saque nuevamente a la luz pública ...”.
“Agradezco su disposición, pero dígame ¿cuánto significa esa autorización ...?” Don Carlos Rojas, me miró y me dijo: “Qué le voy a cobrar, cuando usted se está echando encima un saco de problemas. Yo feliz, de recibir cada edición. ¡¡Con eso me basta ...!!”, sentenció el ex servidor público, quien había sido secretario municipal por varias décadas y que tras jubilar como tal, fue alcalde entre 1967 y 1971.
“Le agradezco enormemente su gesto don Carlos. Yo, me comprometo a enviarle cada edición y -como corresponde- mencionar su calidad de fundador del medio y fecha de ello ...”; respondiéndome que eso no era necesario. Pero, honor obliga y ello quedó estipulado en un documento ....
Enseguida, le dije que -para los efectos legales debía presentar ante la Biblioteca Nacional y la respectiva Gobernación Provincial, un documento notarial que respaldara los términos de propiedad del medio, a lo que me contestó que ello no era problema. Y, al día siguiente, nos encontramos en la Notaría en donde él era cliente y lo conocían. Notaría Gustavo Farren, en Avenida Providencia esquina de Tobalaba.
Corría entonces, meses del último trimestre de 1985. Y, ya con un diseñador gráfico -Julio César Rodríguez- que trabajaba estable para La Tercera, planificamos la salida del número 10, que correspondía a la continuación de los nueve números que entre 1944 (8) y 1949 (1) logró editar su fundador junto a dos colaboradores pichileminos (don Miguel Larravide Blanco y don José Arraño Acevedo).
La primera edición había circulado el 31 de enero de 1944, así que nos propusimos salir con el N° 10 en esa fecha aniversario. Pero, un hecho -digno de destacar- que se produciría antes de esa fecha nos hizo planificar una publicación anticipada de un Suplemento -de ocasiones especiales- que estaba considerado, “en la cabeza”.
Este hecho era el Primer Campeonato Nacional Abierto de Surf que estaba organizando el surfista Álvaro Abarca; quien había llegado a Pichilemu liderando un grupo de cuatro surfistas que tras recorrer cada playa del norte, desde Arica al sur, se quedaron pegados en Pichilemu. Según ellos, eran las mejores olas para surfear en esos casi 2 mil kilómetros de playas y olas corridas.

El Promaucae
Fue así, como sacamos el 15 de enero de 1986 El Promaucae; adoptando el nombre de una publicación fotocopiada que -por iniciativa propia- habíamos ideado para destacar las actividades del Centro Hijos y Amigos de Pichilemu, del cual éramos parte.
Posteriormente, esta misma publicación la editamos esporádicamente como Suplemento del periódico “Pichilemu” cuando se nos acumulaba material entre número y número. Y cuando había un apoyo mayor en avisaje que permitiera su financiamiento. Y, obvio, para dar cobertura especial a hechos que estimábamos de importancia.
Paralelamente, tanto el nombre “Pichilemu” como el “El Promaucae” lo inscribimos en el Registro de Marcas del Ministerio de Economía, para proteger el uso exclusivo del nombre, en la clase correspondiente.
Así, usamos -en el caso de “El Promaucae”- el nombre para el Suplemento que aparecía ocasionalmente con el periódico “Pichilemu” y, además, como el nombre de la Editora e Impresora “El Promaucae”.
De esa manera y con el giro comercial formalizado, echamos a andar una pequeña imprenta que permitió dar servicio de impresión de Boletas, Guías, Facturas, formularios de diversos ámbitos, artículos publicitarios, tarjetas de visita, etcétera, etcétera.
Asimismo, realizamos durante varios años edición de calendarios con motivos de Pichilemu, edición de postales a color, en blanco y negro, sepia, afiches, guías turísticas a todo color. Y media docena de libros, al menos, aparecieron bajo el sello de nuestra editora.
Entre ellos los que están más frescos sus nombres: “Pichilemu, mis fuentes de información”, del investigador y escritor Antonio Saldías G., “Galvita de Pichilemu” del escritor mafileño Héctor Henríquez Rosas; “Los Jordan”, del investigador Jorge del Pulgar Barrueto; “Pichilemu y sus lugares turísticos”, del escritor José Arraño Acevedo.

No obstante, como otros proyectos similares, el año 1996 -por fuerza mayor- debimos dejar “durmiendo” al periódico “Pichilemu”. Aunque esta vez, gracias a los adelantos tecnológicos, como el acceso a internet, nos permitieron transformar al periódico pasando de su edición en papel -de alto costo- a la edición electrónica.
Esta herramienta que venía a cambiar al mundo y las comunicaciones la propusimos en el Concejo Municipal de Pichilemu, el año 1999 y, se aprobó crear el sitio www.pichilemu.cl entrando nuestra comuna y el municipio a la era de internet. Por acuerdo del Concejo -que presidía entonces el alcalde Carlos Leyton Labarca- me correspondió tomar los contactos con profesionales en Santiago para la creación del website y, en una primera instancia ser el encargado del contenido; contribuyendo con el material histórico y fotografías para las primeras páginas; lo que posteriormente quedó a cargo de un funcionario municipal con los conocimientos para la actualización y creación de otros menús; llegando a lo que es en la actualidad.
Conociendo que la inversión para crear un website no era comparable a otros medios e iluminada la ampolleta, buscamos a otro profesional. Esta vez a un santacruzano, compañero y amigo del estudiante pichilemino José Luis Arraño quien me lo presentó y llegamos al acuerdo económico para crear el sitio web www.pichilemunews.cl que vio la luz pública el 14 de enero de 2000. Fecha que recordamos con ocasión del 23 aniversario.
Finalmente decir, que aquella espectacular lola que se atrevió a tomar una tabla de surf en Pichilemu. Más aún, entrar sin traje al mar y posar para nuestra cámara -el año 1985- fue Polinka, la que apareció en portada de “El Promaucae”, que salió a circulación el 15 de enero de 1986.

Fotografías: WSG/Archivos “Pichilemunews”.