Viernes, 19, Abr, 9:41 AM

Fuente: www.pichilemunews.cl – 17.09.2020
Releyendo documentos, folletos, revistas antiguas que forman parte de nuestros archivos, o que me envía “Don Antonio de Petrel”, uno cae en cuenta que conceptos tan en boga, repetitivos algunos no son de ahora. No, por mucho tiempo dejaron de usarse -como prendas de vestir que se desechan- y que, al cabo de un tiempo, vuelven a ponerse “a la moda”.

En el año 1933, la empresa balnearia ligada al Hotel Empresa “Pichilemu” (posteriormente denominado “Gran Hotel Ross”, en homenaje al ya desaparecido creador del balneario), edita una nueva Guía de mayor formato y páginas.

Es el caso, de lo que hemos descubierto a través de las páginas del folleto turístico que editó el año 1912 la mano derecha -don Evaristo Merino Canales (*)- del creador del balneario pichilemino don Agustín Ross Edwards, al releerlo tranquilamente, hace poco. Claro, la primera vez lo vimos a la carrera, mientras revisábamos material y, como era tanto, no había tiempo de darle atención a cada una de las joyitas del recuerdo. Más bien era una mirada, sobre todo a las fotografías que nos mostraban el Pichilemu en sus comienzos de incipiente balneario.
Hoy, gracias al envío de Don Antonio de Petrel -el incombustible investigador y escritor pichilemino, cuyo nombre real es Antonio Saldías González- podemos leerlo con atención y, más aún, transcribirlo para mostrarles cómo se daba a conocer, hace más de 100 años, las bondades que tenía Pichilemu sobre otros que hacían paralelamente, una labor difusora, necesaria.
Hoy, por desgracia, aun quedan comerciantes y “empresarios” -cerrados como ostra- señalando que ellos no necesitan publicidad, promoción porque ellos “tienen su propia clientela”. Son los mismos que, finalizada cada temporada se quejan que no estuvo buena, pero que sin embargo renuevan e incrementan cada año su patrimonio; cosechando ayudados por quienes si hacen el esfuerzo de “invertir” en promoción, en publicidad ….

AÑO 1912
A estas alturas, sabemos con fundamentos y evidencias, que nada de lo que hacía, era por el azar o libre albedrío de sus empleados, por mucha confianza que aparentemente les brindara don Agustín Ross a su “manos derecha”, por muy emparentado que fuera. Para cada obra, proyecto, él daba las instrucciones claras, precisas, por escrito, siendo majadero en algunas, indicando “cómo lo quería que resultara”. Incluso, con los tiempos que él estimaba debía concretarse; todo lo cual contamos con ejemplos donde, incluso, destinaba los recursos peso a peso, para una y tal cosa; donde tras ello, debía “rendírsele una acabada cuenta” y los resultados de lo encomendado.
Así lo constatamos al leer, por ejemplo, el envío de un pariente a desarrollar el proyecto de sus minas de carbón en Punta Arenas, donde debió construir obras portuarias y ferrocarril para el traslado y embarque del carbón de la Mina “Loreto”. Las instrucciones escritas son una verdadera Carta Gantt. Y, obviamente, los recursos para su subsistencia y el sueldo convenido por los meses en que debía permanecer a cargo …..

Folleto Turístico
Pues bien, acá en la zona central, tras desechar la construcción del gran Puerto de Pichilemu, destinado en principio a disputarle la supremacía a Valparaíso, por los estudios desfavorables que encargó a ingenieros europeos en la bahía pichilemina, decidió sobre la marcha un Plan “B”, surgiendo entonces la alternativa de construir un balneario diferente a orillas del mar.
Vemos entonces, que no fue su espíritu romántico de aquel descendiente escocés que se radicó en La Serena, sino su visión de emprendedor y apoyo de su hermana Juana Ross, quien se dispone a instruir sobre las obras que quería realizar en Pichilemu, sacándole partido a la topografía y sortear algunas dificultades para ir de uno a otro lugar.
Hecha gran parte de aquella, su administrador en este lugar llamado Pichilemu, y con fotografías cuyo autor no está especificado, se edita en el año 1912 la primera Guía Turística del Balneario de Pichilemu.

En su tercera página, dice:
Balneario de Pichilemu. El Balneario de Pichilemu que por su espléndida ubicación, su clima sin igual y las muchas comodidades con las que cuenta, ha llegado á ser desde largos años el punto de reunión de la alta sociedad del país, es el lugar más higiénico, hermoso y pintoresco de todos los que existen en la costa de Chile. A estas condiciones se unen las de poseer las instalaciones de baños á todas temperaturas, extensa playa, preciosos lugares de paseos con bosques de pinos y eucaliptus, donde las familias pueden hacer excursiones saludables y los niños recuperar la salud perdida.
La Empresa cuenta con una magnífica casa entre los bosques de pinos y eucaliptus muy á propósito para las familias que tengan hijos débiles y de salud delicada y para los cuales se necesite una temperatura más regular que la de orilla de playa. Allí encontrará el aire de mar saturado de aromas de árboles que regeneran los pulmones y dan nueva vida.

En la cuarta página, dice:
La Empresa de Pichilemu fue la primera y hasta ahora es la única empresa balnearia que ha establecido un perfecto servicio de desagües, por cuya causa es el sitio más higiénico de esa especie y a él jamás entran enfermedades infecciosas, como tifus, viruelas, tos convulsiva y otras endémicas de algunos lugares de mar.
La Empresa está provista de excelente agua potable muy mejorada por grandes trabajos que la producen en abundancia, y cada chalet de arriendo cuenta además con un buen filtro. Las razones expuestas y el aseo esmerado que prevalece hacen del todo cómoda la permanencia en el Balneario.
El ferrocarril llega actualmente hasta la estación del “Puesto” (luego su nombre cambia a “Larraín Alcalde”, como gratitud a la dueña de los terrenos, y que dona, por los que pasa el ferrocarril a la costa), y habiendo establecido una línea de espléndidos y flamantes automóviles traídos ex profeso de Estados Unidos para este servicio, el viaje se hace desde esa estación ya indicada hasta Pichilemu en 20 minutos por un buen camino, con vista magnífica que domina el océano.
El camino se ha mejorado en toda su extensión y se encuentra en buenas condiciones, habiéndose rebajado las gradientes y terraplenando las partes bajas del mismo. El Balneario está profusamente alumbrado con Gas Acetileno.
En Pichilemu hay bien servidas oficinas de Correos y Telégrafos que permiten comunicarse rápidamente con el resto del país, con la Argentina y con cualquiera otra parte del mundo.
Los atractivos de Pichilemu para el público, además de los espléndidos baños de mar, muy superiores á los de Viña del Mar, Cartagena y Constitución, Penco, etc., y las facilidades para el viaje, son las diversas y saludables excursiones que pueden hacerse en las vecindades. Pichilemu posee dos playas lindísimas; la una hacia el Norte dentro de la bahía, donde están los baños, y la otra de mar bravo que enfrentando el Océano Pacífico.
Pueden hacerse agradables caminatas á los bosques de la Empresa, á lo largo de la playa hasta el “Chorrillo”, á la “Casa de Piedras”, y á la “Cueva de la Negra”. Por la playa Sur por la ribera del Océano, las excursiones son: á la “Puntilla”, á “Infiernillo”, á los “Riscos”, á “Punta de Lobos”, á la “Laguna del Perro”, al “Estuario de Cáhuil”, á las “Salinas”.

En la quinta página, sin embargo, nos encontramos en el tercer párrafo del texto, con lo que hoy se llamaría lisa y llanamente, una “aberración”. Y, además, penada por la ley.
Dice:
Lindas excursiones en bote y aguas tranquilas, pueden verificarse en el “Estuario de Cáhuil” y en la “Laguna de Vadillo”.
El Establecimiento posee en Cáhuil de 5 buenas embarcaciones que alquilará á paseantes por días o por horas.
En el “Estuario de Cáhuil” pueden cazarse Cisnes, Flamencos, Patos y Taguas, etc., y este lago como en la laguna del Perro abundan diversas clases de peces para el solaz de aquellas personas que gusta de ese pasatiempo.
El clima de Pichilemu en verano, es extremadamente fresco, comparado con el del interior del país, y el aire es tan puro como el de abordo de un buque, porque Pichilemu es una península bañada por las brisas del mar en dos de sus costados.

De ayer a hoy
Si bien podernos constatar de los adelantos y atractivos que se promocionaban de nuestro balneario -ayer de propiedad de quien lo creara- a principios del siglo pasado, que a decir de la guía, lo destacaban de otros que le llevaban la delantera, en antigüedad, no es menos cierto que las actividades que estaban permitidas, hoy están absolutamente prohibidas. Como es la caza de especies que están protegidas. Y que hoy, vuelven a promocionarse, o destacarse como parte de la privilegiada fauna de los lugares respectivos.
Lo que indica que el turismo y conciencia de protección de las especies, tanto fauna como flora, está primando y se hacen sostenibles, potenciándose racionalmente en beneficio del ecosistema y medio ambiente.
Y, por otra parte, un adelanto que era primordial en esos tiempos -como el Correo y Telégrafo- como ha ocurrido hace ya tiempo ha sido desplazado por otros sistemas más modernos e instantáneos, como lo son la telefonía e internet; quedándose de un día a otro, superados por mayor rapidez, haciendo que todas la futuristas ideas de muchas décadas pasadas, hayan sido superadas.

Salubridad
Por otra parte, si bien se han dado pasos importantes en mejorar la infraestructura sanitaria. Más aún, con anuncios recientes de mejoramientos para un porcentaje importante de sectores y habitantes, no es menos cierto, que ello deja en evidencia que la solución no viene de la mano de los responsables de entregarla.
En efecto, en el pasado no fueron las empresas del Estado quienes realizaron las inversiones para construir redes de alcantarillado -sino la propia comunidad en alianza con el municipio- como es el caso de Pichilemu.
Y las autoridades nacionales, con el argumento de que las empresas privadas, por ser más eficientes, venden las empresas sanitarias al sector privado, muchas veces transnacionales. Estas, teniendo el total control, lejos de cumplir con los planes de expansión de los radios operacionales, las consideran en sus planes de desarrollo, pero una y otra vez cumplidos los plazos, “chutean” esos planes sin que la Superintendencia de Servicios Sanitarios, SISS, las supervise y sancione, incumpliendo con el rol que les asigna la ley.
Paralelo a ello, la presión ciudadana -liderada por quienes muchas veces critican a la empresa privada- logran que las autoridades regionales destinen recursos para financiar obras cuyo deber corresponde a empresas privadas, que cobran por el servicio, “sacándoles la mierda” a los clientes, con recursos estatales.

(*): Evaristo Merino Canales, originario de la provincia de Curicó, que trabajaba como empleado de Juana Ross Edwards en su Fundo, en Nancagua, es convencido por don Agustín Ross para administrar el proyecto de la obra balnearia que iba a desarrollar en Pichilemu, tras el frustrado intento de construir un Puerto en Pichilemu. Trabaja con él desde 1900 hasta 1926.
Tras la muerte de Agustín Ross E. (ocurrida el 05 de octubre de 1926), Merino es nombrado alcalde de Pichilemu, mediante decreto del Presidente de la República, de fecha 15 de mayo de 1927 hasta el 14 de mayo de 1928. Murió en Curicó el 27 de agosto de 1930.

Fotografías: Archivos "pichilemunews"

Fuente: www.pichilemunews.cl – 02.05.2019
Estribillo de canción que -primero- popularizaron Los Cuatro Cuartos -y luego- Pedro Messone, sirvió para titular artículo que publicamos en el diario La Tercera en Diciembre de 1976.

Con este título -que el Editor abrevió entonces- apareció publicado el 14 de diciembre de 1976 un artículo donde reseñábamos la labor de un grupo de 12 pescadores artesanales en la costa pichilemina. Un artículo que daba cuenta de diversos aspectos de su labor y razones de estar en Pichilemu, no obstante a ser ellos del Puerto de San Antonio.
Artículo que, por razones de espacio no apareció completo. Y tampoco con todas las fotografías que habíamos entregado.
Una de esas fotos no publicadas, en esa ocasión, fue la que ayer publicamos como Portada en Facebook y en www.pichilemunews.cl como un modesto homenaje en el Día Internacional del Trabajador. Sin embargo, nuestra memoria nos falló al situarla como captada en 1977 -un año después- y luego, ante una consulta de una seguidora -Georgina González- repetimos erroneamente 1977. Pero quedamos con la duda. Y, llegando a casa revisamos nuestros archivos que prueban que la foto era de 1976. Y aunque a veces cuesta reconocer los errores, acá demostramos que la verdad, aunque duela, es mejor que afirmar algo incorrecto, pese a que un año más, un año menos no reviste gravedad …
Cabe recordar que, en esas fechas en nuestra comuna no existían practicamente embarcaciones para realizar labores de pesca en el mar. Excepto para labores en la laguna de Cáhuil, y en la laguna Petrel …
En Pichilemu, solo se calaban redes en la orilla unos pocos pescadores; trayéndose mayormente pescados desde otros lugares.
Lo anterior no significa que nunca antes hubo botes y pescadores artesanales que extrajeran pescados de nuestras costas. Hubo, incluso sociedades pesqueras en los años '40 -que ponían capital y los elementos de pesca- y que trabajaban empleando a pescadores para realizar las labores propias, hasta que quebró.
Posteriormente, uno que otro bote, pero diversos accidentes -con pérdida de vidas- (ver “Pichilemu” N° 10, del 31 de enero de 1986, completa reseña de accidentes en el mar pichilemino); frenó el desarrollo pesquero.
El apoyo que empezó -poco a poco- a generarse hacia finales de los años '70 de parte de organismos gubernamentales, que felizmente no ha decaido, permitió hasta ahora que diversos pescadores hayan podido, unos más que otros, a ir creciendo y consolidando su actividad, al margen de las dificultades que implica explotar los recursos del mar, acicateados por las restricciones que impone la Ley de Pesca, a las labores extractivas a los pescadores artesanales.

Pa' Mar Adentro
Los Cuatro Cuartos

Va pa' mar pa' mar adentro
Y son los madrugadores
Allá van los pescadores
Para dentro a echar la red.

Va pa' mar pa' mar adentro
Y son los madrugadores
Allá van los pescadores
Para dentro a echar la red.

Se perdieron a lo lejos
Todavía no aclaraba...
Un rayo de sol travieso,
Que bajó de la montaña,
Los busco por la caleta

Y se encontró con que no estaba. (coro)

Va pa' mar pa' mar adentro
Y son los madrugadores,
Allá van los pescadores,
Para dentro a echar la red.

Son buenas las esperanzas,
La marea esta baja,
Pueden echar las redes,
Para todos les alcanza,
Pa' la choza pa' la barca

Que esté bien calafateá. (coro)

Fuente: www.pichilemunews.cl – 12.09.2020
En nuestra historia, Pichilemu -aparte de su significado que en lengua mapundungun es “bosque pequeño”- es descrita por algunos historiadores como “un lugar de fiestas y deleites”. Quizás, por ello es que si bien no somos cuna de grandes exponentes en el campo del arte, como un Claudio Arraú, Ramón Vinay, Violeta Parra, Pablo Neruda, solo por nombrar algunos del Ñuble, no es menos cierto que tenemos algunos exponentes por los cuales sentir también legítimo orgullo.

Este mes de septiembre que pasará quizás, como uno de los más opacos en nuestra historia patria, por el maldito bicho, igual queremos recordar y destacar a quienes nos han dado brillo a nivel local, y también, mostrando su arte en escenarios del país y también en el extranjero.
Ramón González Gómez y Zoila Rosa Becerra, por un lado, Ernesto Becerra Becerra y Amanda Vargas González, por otro, en un momento -de vecinos de la comarca pichilemina- se unieron mediante el vínculo que establecieron dos de sus hijos.
En efecto, Óscar González Becerra conquistó el corazón de Zulema del Carmen Becerra Vargas.
Ambos jóvenes aparte de cualidades individuales, tenían talentos comunes que venían desarrollando desde su infancia y que se fue acrecentando y afianzando en sus respectivas Escuela, y ya más jovencitos en las Veladas Artísticas del Club Deportivo y Cultural “Arturo Prat” a partir del año 1939, cuando se fundó. Óscar, como intérprete de guitarra y cantante; Zulema con una bella voz era número seguro, ya a capella o acompañada por otros intérpretes de guitarra o piano.
Tras casarse en los años '50, Óscar y Zulema forman una familia de 6 hijos varones: Óscar, Omar, Roberto, Mauricio, Marco y Nélson; todos los cuales desde su infancia, incentivados o motivados por sus padres, empiezan primero a cantar y posteriormente, uno a uno, a aprender la ejecución de instrumentos. Incluso, algunos, más de uno.

¿Pero de dónde surge ese talento, que ellos han heredado a sus hijos y nietos? Para ello, hay que remontarse a la vida que al margen de sus labores cotidianas, desarrollaron paralelamente talentos que, en mayor o menor medida, traspasaron sino al 100%, la habilidad para incursionar y aprender los secretos de algún instrumento, y la voz para expresar.
Por el lado de la familia González Becerra, Ramón González Gómez por años, al margen de sus actividades del día a día -obrero agrícola, obrero municipal, Paco Azul, ferroviario en vías y obras hasta jubilar, era buscado para cantarle a los “angelitos”, lo que ocurría cuando niños morían por diversas enfermedades. Y, por ello, era frecuente que fuera a cualquier punto de la comuna. De sus siete hijos: Manuel, Leonila, Luis, Ernestina, Óscar, Clara y Virginia; Oscar es quien heredó el talento artístico musical y que se extendió a sus hijos a través de la música.
Pero no solo tenía habilidad en la música. También escribía obras costumbristas, algunas de las cuales fueron representadas por elencos amateur pichileminos. Y, como compositor, creo varios himnos, entre ellos el del Club Deportivo “Independiente” y creó el Himno al Adulto Mayor, el que fue interpretado en el Estadio Nacional en una jornada nacional de adulto mayores en los años '90; himno que fue musicalizado y grabado en cassette, producido en su momento por “pichilemunews”.

En tanto, por el lado de la familia Becerra Vargas, el talento venía de más atrás. En efecto, la madre de Ernesto, Adela, cantaba a capella en reuniones familiares, ahí en el sector de Quebrada de Nuevo Reino, Pichilemu, su tierra natal. Y Amanda Vargas cantaba desde chica junto a su madre Anacleta González en Fondas y en las Trillas en el Campo, como en otras festividades. Incluso, alcanzaron a cantar en la Quinta de Recreo “Las Brisas” que funcionaba en Aníbal Pinto esquina de José Joaquín Aguirre, donde años más tarde funcionó el Bar Restaurant “Ducal” y Hotel “Ducal”, de Rubén Espinoza Moreno, hijo de los dueños de la mencionada quinta de recreo. “Ellos eran del sector de la Quebrada del Nuevo Reino, en Pichilemu; trasladándose posteriormente más al sur oriente, al sector del Fundo El Puesto”, nos cuenta uno de sus nietos y bisnieto, respectivamente, el profesor Mauricio González Becerra. Por su parte, Patricia Becerra aportando a esclarecer con sus recuerdos, señaló: “Según mi mamá me contaba que era cuando ella era jovencita, años 1930 más o menos, mi abuela Anacleta González -que era de Pueblo de Viudas- venían a trabajar a Pichilemu a esa cocinería (se refiere a lo existente antes del “Ducal”). Cocinaban y cantaban (cuando) si se lo pedían. También me contaba y una vez yo la acompañé siendo chica por ahí en el Lingue. Cocinaban y cantaban en Trillas verdaderas ….”.

¿Solo ellos tenían esa vena artística en la sangre?
No. De los hijos de Ernesto Becerra Becerra y Amanda Vargas González, llegan ocho hijos: Raúl, Zulema, Ernestina, Jorge, Elena, Ramón, Marta y Patricia. De ellos, Zulema y Patricia heredan la pasión por el canto; siendo esta última una de las voces que desde los '70 nos sigue deleitando en el folclore y temas melódicos. Su trayectoria, plenamente vigente la tiene animando -excepto este año- cantando en rodeos del país y grabando permanentemente discos CD acompañada de otros músicos. Y sin duda, toda su trayectoria merece espacio aparte.
Uno de sus hijos, al menos -Peter- siguió sus pasos como cantante.
Asimismo, tanto Jorge como Ramón, al margen de sus actividades laborales, fueron intérpretes de guitarra y canto. Al primero, lo recordamos al menos en una Velada Artística formando un trío melódico junto a Óscar González (su cuñado) y al “Cholo” Martínez Jorquera. Y también a Ramón junto a su guitarra.

Años '60, '70
¿Cómo se manifestó el talento musical de los hijos del matrimonio de Óscar González Becerra y Zulema Becerra Vargas?
Ambos, tras sus años juveniles y adulto en participaciones en Veladas Artísticas, años más tarde, más precisamente el año 1977, se constituyen en integrantes del Conjunto Folclórico “Petrel” que se fundo el 14 de abril de ese año. Incluso, Oscar junto a los pichileminos Modesto Carreño Carreño, José Cabrera González y José Miranda Gaete son quienes lo lideran e invitan posteriormente a quienes serían sus primeros socios integrantes.
Más atrás, recordamos que tanto Óscar y Zulema participaron del montaje de la comedia musical “La Pérgola de las flores”, en 1962 en el Cine Royal, donde Zulema, en off, interpretó “Tonada de Medianoche”; obra que contó con la participación de jóvenes estudiantes del Liceo “José Miguel Camilo” y de artistas amateur de los clubes deportivos pichileminos.
Y ya lo esbozábamos en líneas más arriba. Desde muy chicos, sus hijos fueron cantando y aprendiendo la ejecución de diversos instrumentos. Y, según algunos testimonios gráficos, vemos a todo el clan familiar, excepto su madre Zulema, actuando en una Ramada Oficial de los años '80, en la Avenida Costanera. “Y en cuanta Velada Artística que había nos invitaban. Ahí lo hicimos con el nombre La Familia”, nos acota Víctor Mauricio.
Es así, como Óscar se convirtió en intérprete de guitarra y triple; Omar, guitarra y voz; Roberto, quena, zampoña, voz; Mauricio, quena, zampoña, voz, cajón peruano, bombo, cuatro, charango, guitarra, tiple; Marcó, voz, guitarra, charango, cuatro, tiple; y Nélson, bombo y voz.

ÓSCAR “NANCHO” GONZÁLEZ
Como intérprete de la guitarra desde finales de los años '60 ha sido parte de grupos musicales. Participó en el grupo que formó el otrora José Alfredo “Pollo” Fuentes pichilemino, que encarnaba José Raúl Tobar Pavez, quien por esos años no dudó en vender varios animales para adquirir instrumentos musicales para formar su propia “Banda” a la que bautizó con el nombre The Happys.
Ahí tocó por primera vez Oscar “Nancho” González en un grupo electrónico; siendo los demás integrantes: Aldo González y Reinaldo Sánchez percusionistas, Jaime Cáceres (que era de La Estrella, radicado en Pichilemu) tocaba Bajo. Y Raúl Tobar era su vocalista.
Efímera vida tuvo el grupo y éste derivó en dirigente deportivo, donde puso toda su pasión en el fútbol.
Posteriormente -según cuenta “Nancho” González- fue invitado como primera guitarra, a incorporarse al grupo que estaba formando Gastón “Chino” Álvarez, cuyo nombre fue “Barro Seco”. En este participaba Jorge “Coco” Reyes como baterista suplente, Manuel “Lito” Celis como segunda guitarra, y “Castrito” como bajista. Como vocalista en un primer momento estuvo Richard Olivares. Y más tarde Ismael “Negro Pelé” Carrasco. “También me acuerdo que Jaime Huerta actuó en algunas ocasiones como bajista suplente”, nos remata “Nancho” González.
Tras volver a Pichilemu, después de varios años trabajando en otra comuna, el año 1995 me integré al Grupo “Pentagrama”, liderado por el músico rancagüino radicado en Pichilemu, Luis Pérez Molina. “Ahí, Luis Pérez tocaba bajo, Chilo Agüero (de Santa Cruz) tocaba Batería, Manuel Benito Muñoz en los Teclados, yo como primera guitarra. Y como cantante -primero- estuvo Lucho Rojas, y después quedó como vocalista estable Luis Fábres.
Y, en los últimos años, formando parte de Pucará con sus hermanos y familiares.

VÍCTOR MAURICIO
Víctor Mauricio, quien es un destacado profesor, tras ejercer en escuelas de Pichilemu, emigró a Graneros por su labor de maestro; pero paralelamente integró por 4 años el destacado grupo folclórico “Trayen” de Graneros, cuya trayectoria se remonta a 54 años. Igual se dio tiempo para trabajar con otros folcloristas de la zona, entre ellas Patricia Becerra, su tía materna, con la cual junto a otros folcloristas pichileminos grabó canciones de Pichilemu, de Jorge Aravena Llanca. Asimismo, junto a ellos animó Fiestas Patrias en el recordado y hoy desaparecido restaurant santiaguino, el Chez Henry, en plena Plaza de Armas.
Y, ultimamente, volvió a acompañar en la grabación de un CD que hizo Patricia Becerra con tonadas.

PUKARÁ
Pucará o Pukará es una palabra quechua que significa “Fortaleza”. Fue creado alrededor de 1990 por Marco, Roberto y Víctor Mauricio. En sus inicios participó Pedro Pablo Pavez Caro, y los hermanos Luis, Marcelo y Claudio Rojas Catalán. “También estuvo José (apellido que no recuerdo), un integrante que estuvo un año en que tocamos en el Gimnasio, cuando fueron Los Prisioneros (sin Jorge González) y la Nicole, entre otros artistas a Pichilemu.
Me recuerdo muy bien, pues fui invitado como jurado en el Festival veraniego de ese año”, nos dice Víctor Mauricio al pedirle el nombre de los integrantes originales.
Dándonos más detalles, nos dice: “Posteriormente, por razones de trabajo de cada uno, nos separamos. Y tras mucho tiempo, el año pasado después de 20 años nos volvimos a juntar, aunque no con todos los integrantes originales. Como la familia creció y varios retoños, los incluimos, actuando en el Centro Cultural “Agustín Ross” y el Show de la Semana Pichilemina con bastante éxito; pero por el tema de la pandemia hemos estado sin poder seguir en forma como lo teníamos planificado”.
Consultado por los nuevos integrantes, Mauricio nos dice: “Se incorporó Ricardo González Moreno (hijo de Óscar), guitarra, charango, tiple, voz.. Marta Luengo (esposa de Marco), voz, bombo, pandereta, chaime. Como dije, nos juntamos después de 20 años y habíamos iniciado un trabajo más constante, pero se ha pospuesto por la pandemia; pero, por cierto, normalizándose la situación obviamente que intentaremos reunirnos todos, lo que por ahora es poco posible”.
Es necesario precisar que, por la ley de la vida, la matriarca Zulema falleció el año 2004, y el patriarca Óscar le siguió el 2016.
Como ninguno está para precisar algunos datos, y sin querer polemizar, buscamos en nuestros archivos una información en el Diario “La Tercera” sobre la creación de un grupo musical.
En efecto, el 9 de agosto de 1975, hace 45 años, publicamos la noticia que la Familia González Becerra había formado un grupo musical para interpretar música con repertorio nortino. En esa ocasión, pese a que su debut estaba anunciado para el 15 de agosto siguiente, en una Velada del Club “Arturo Prat”, aun no se definían por un nombre.
¿Fue finalmente Pucará el nombre adoptado?
Al corroborar, esta información, Víctor Mauricio nos precisó que en esa ocasión se presentaron como Grupo “Semilla”. Y, después, según el lugar actuaban como “La Familia”.

POESÍA & CANTO
Como la pasión de tocar y cantar siempre está latente y también ayuda a reunir recursos para la educación de los hijos, Marco Antonio junto a su esposa Marta, crearon el Dúo “Poesía y Canto”, donde con el repertorio de Violeta Parra, Patricio Mann y Víctor Jara, entre otros, por varios lustros han llevado su música por diferentes establecimientos del rubro gastronómico. Y también como artistas callejeros en puntos estratégicos y, algunas veces, considerados en actividades oficiales.

LOS RETOÑOS
Ricardo González Moreno (hijo de Óscar Jr.) es intérprete de guitarra. Y como tal se integra a los Pucará, como también refuerza esporádicamente las presentaciones de Patricia Becerra junto al arpista Elías Yáñez Ramos. Y en otras ocasiones junto a su tío Marco y su esposa Marta, conforman tríos, según sean los requerimientos de la institución o productor contratante.
Cristóbal González Ramírez (hijo de Víctor Mauricio) es intérprete de Clarinete bajo en la Orquesta Sinfónica de Chile. Y, paralelamente, ha sido integrante junto a otros intérpretes de esa agrupación de música docta, miembro de un grupo de Tango “Alevare”. Tras unos años, fundaron el grupo melódico de boleros “La Flor del Recuerdo”, del cual es su fundador, creador, director y arreglador de la agrupación, aparte de ser intérprete de Requinto.
Con este grupo han actuado por los principales escenarios capitalinos, como del país. E, incluso, fueron invitados a México, donde fueron sensación. En tanto, en el país han actuado acompañados del maestro Roberto Bravo, de la bolerista Carmen Prieto, entre otras voces de excelencia.
Cabe recordar que, no obstante a que desde su infancia aprendió la ejecución de órgano, piano, el año 2000 al crearse la Banda Instrumental Municipal de Pichilemu, con alrededor de 11 años, destacó en la ejecución del Clarinete, con el cual se perfeccionó en Rancagua y en la Escuela Moderna de Música, hasta audicionar y postular, primero, a la Orquesta Sinfónica de Concepción, en la que quedó. Y, posteriormente, dio el salto a la Orquesta Sinfónica de Chile donde permanece casi una decáda a lo menos.
Por el lado de Omar, quien interpreta guitarra y es una de las voces del grupo familiar, en su juventud fue fiel exponente de Leo Dan y se presentó en cuanta Velada había en la comuna. Y de sus hijos, está Cristian “Punto” González Cordero, quien aparte de ser un surfista, es guitarrista del grupo pichilemino “Deminina”, que participa de performances y tocatas, como también han sido teloneros en festivales de surf rock playeros.
De Roberto, pese a que a juicio de su tío Víctor Mauricio, sus sobrinos “tienen buen oido”, ninguno participa de grupos musicales.
De los dos hijos de Marco, Simón Alonso, que es ingeniero en diseño industrial, toca Bajo, pero no participa en ninguna agrupación musical.
Nélson, toca bombo, es soltero y participa generalmente cuando se trata de una actividad musical solidaria y/o en beneficio de una causa noble.
Lo mismo ocurre con todos. Cuando se les solicita la cooperación o alguna actividad familiar, por muy tristes que sean las circunstancias, ahí están con sus canciones para despedir al ser querido.

¿Hay más retoños?
Hay más y, seguramente seguirán surgiendo per se, aunque no sea generación tras generación. Más aún, aunque se salten y por otras ramas, pues otros tres nietos de Ramón González, sin que estos hayan pasado a lo más de aprender a “puntear” algunas canciones en guitarra y golpear con mucho esfuerzo una Caja en una de las Bandas de Guerra de la comuna, ninguno de sus hijos tocó o hizo tocar “ni un petardo”, tienen hijos y nieto que aunque no todos están activos, al menos uno junto con enseñar música y ejecución de flauta traversa y saxofón, permanentemente está siendo invitado a participar en grupos que acompañan a artistas internacionales que actúan en el país.
Claro, los apellidos en algunos ya se han ido perdiendo; pero las raíces de su origen los conectan, la veta artística de una u otra forma les ha llegado; agregado a ello, en menor o mayor medida, el incentivo y motivación de sus padres.

Fotografías: Archivos "pichilemunews"/Familia González Becerra/Facebook

Fuente: www.pichilemunews.cl – 14.09.2020
Hace 30 años, a solo horas de verificarse el Primer Campeonato Internacional de Surf y Body Board todo giraba en torno a los intensos preparativos que un grupo de jóvenes ultimaban los detalles para que al día siguiente -desde la Ceremonia inaugural- todo resultara a la perfección, no obstante a que ninguno de ellos tenía experiencia anterior en ese tipo de eventos deportivos.
El tema de Phil Collins -”All Of My life”- por varios meses identificó al torneo surfístico, el que sonó a través de un jingle no solo en la emisora radial de la época, sino en muchas de la región que apoyaron la difusión del campeonato.

Por las calles del balneario se sentía el aire “dieciochero” más que nunca y se apreciaban caras nuevas, distintas, que minuto a minuto se multiplicaban con la entrada al balneario de decenas de vehículos, muchos de ellos con tablas enfundadas sobre sus techos. Todo estaba llegando a cumplirse ante el asombro y a la incredulidad de muchos comerciantes que, pese al reiterado discurso de los jóvenes organizadores, se produciría en torno al fenómeno que el deporte produciría y que -de hecho- es lo que buscaban en el fondo y como objetivo aquellos soñadores, en pos de darle al bucólico balneario un cambio y activar, en una época de baja actividad y productividad económica, una vuelta de tuerca en un promisorio y mejor futuro del desarrollo del turismo.

INICIATIVA
Un lustro antes, más o menos, casi a mitad de los '80 habían llegado cuatro surfistas -Álvaro Abarca, hermanos Miguel y Cristián Mandry y Pat Irarrázaval- en un tour que los traía buscando olas a lo largo de la costa; encontrando a decir de ellos, en Pichilemu, el “paraíso” del surf chileno. Y tras meses de estar afincados y disfrutando de las olas locales, uno de ellos, Álvaro, decidió establecerse. Es así, que organizó -primero- mediante “el boca a boca” una invitación para una Exhibición de Surf en el verano de 1985. Y al año siguiente y sucesivo, '86 y '87 Campeonato Abierto de Surf y Body Board, con premios y difusión, a la cual contribuimos con el Diario La Tercera y el periódico local “PICHILEMU”. Los campeones fueron el iquiqueño Ricardo Thompson y el santiagüino Claudio Izzo, respectivamente.
Todos, tuvieron una excelente acogida entre los primeros exponentes que estaban surgiendo en la zona central y sobre todo desde Iquique y Arica, desde donde llegaron masivas delegaciones.
Sin embargo, pese a que Abarca quería hacer algo más y enseñar el deporte en la juventud liceana, no encontró el apoyo debido de las autoridades y, forzosamente emigró a otros lares.
Así, después de casi tres años sin campeonatos, la semilla que germinó en deportistas locales, hizo que estos jóvenes -Iván Reyes Carreño, Pablo Isbej Galaz, Nicolás Rojas Romero, entre otros- buscaran a otros, más mayores que les apoyaran para organizar un Campeonato de Surf.
Cada tarde, durante semanas, meses, le daban vueltas al tema en “El Completón” que atendía el gordo Santiago Godoy, al lado del Hotel “Chile-España”, hasta que se decidieron a quiénes acudir.
Hablaron con Manuel “Lito” Celis González que había sido dirigente de la juventud. Y éste sugirió hablar con otros: con el encargado de la Radio “Atardecer” FM en aquel entonces, Jorge Nasser Guerra; con el Corresponsal del Diario La Tercera, Washington Saldías; con el Presidente de la Cámara de Comercio, Carlos Saldías Farías; con el dirigente del comercio, Eduardo Saldías González; a los que se unieron los surfistas ya nombrados -Iván, Pablo y Nicolás- los jóvenes Julio Cordero, Patricio Herrera Silva.
Tras exponerse la iniciativa y quedar establecido que se buscaba incentivar más aún el deporte y atraer con ello una nueva corriente de personas para potenciar el alicaído turismo solo de temporada, luego de comprometerse todos por ello, se tiraron líneas de acción, aparte que se eligió una directiva para darle conducción y orden. Todos le dimos la confianza a Manuel “Lito” Celis la presidencia, y luego a Jorge Nasser la difusión local y encargado de gestiones para apoyo de radios regionales; en tanto Washington Saldías la difusión a través de los medios escritos y encargado de conseguir auspicios y patrocinios.
Paralelamente, se decidió una fecha que no fuera en pleno verano, para demostrar cuál era el atractivo y convocatoria del deporte en una fecha cualquiera.
Luego, fijada la fecha para el 14, 15 y 16 de septiembre de 1990, se asistió al Concejo Municipal donde se expuso y solicitó apoyo; lográndose el financiamiento del afiche para distribuirlo al país y medios de comunicación, junto con comunicados periódicos con los avances y etapas.
Al tiempo que, paralelamente, se consiguió el concurso gratuito del estudiante de diseño gráfico Hernán Martínez y este comprometió a su colega y amigo Ariel Toro. Y, ambos, junto a amigas viñamarinas -Livia y Mariana- para que sirvieran de modelos para las fotos planificadas.
Entre otros apoyos, estadía gratis y alimentación para ellos durante un fin de semana: Los Colchagüinos, Chilolan Chen, Donde Pin Pon fueron parte de ello.
La sesión de fotos fue en un fin de semana de pleno invierno, donde por fortuna el tiempo no fue lluvioso y se pudieron hacer las fotos en distintas locaciones. A la par, también participaron la lola pichilemina Verónica Morales y una penquista de paso Ana María con tomas fotográficas y en video que se hicieron en el Parque, La Puntilla. Como también, Pepe Cordero, Pablo Isbej y Marcela Rivera a la orilla de los acantilados de Punta de Lobos junto a sus respectivas tablas.
Y, en la noche, una fogata en la playa, para terminar en el Pub “El Fogoso”, donde se armó un agradable ambiente con jóvenes pichileminos.
El resultado -aunque sin surfistas en las olas- resultó espectacular, donde también aportamos con una de las fotografías, que a juicio de los diseñadores, había logrado lo que ellos buscaban; quedando inmortalizadas las dos modelos a todo lo largo su hermosas figuras junto a las tablas.
La entrega del afiche se hizo oficialmente en una conferencia de prensa en la Intendencia Regional y la distribución a todo el país, a través de Sernatur.
Al tiempo que, un par de afiches se enmarcaron especialmente para entregar a programas de TV, como el que en pleno Mundial de Italia, en el programa de TVN que animaban Sergio “Sapito” Livingtone y la modelo Pilar Cox, ideamos con Hernán Martínez, la entrega en el desarrollo del programa en vivo con un mensaje a la atractiva animadora. Felizmente, como fue ideado lo recibió “al aire”, descubriéndolo para todo el país. “Fue el mejor gol del mundial, para los organizadores”, que permitió que fuera conocido el afiche del evento a una tremenda e impensada audiencia. Tras llegar a Pichilemu, el autor de la idea tuvo una tremenda acogida y admiración por el acierto; quienes habían presenciado en el “Olimpo” el mentado programa.
Los llamados de empresas “que querían colaborar y ser parte” se multiplicaron. Aparte de la empresa Coca-Cola -gestionada por el deportista Nicolás Recordón- que aportó una parte de los recursos y un folleto con la marca Sprite y los petos para el torneo, surgió el auspicio de la CCU con su marca Kem, Alfonso Fuenzalida con la marca Gul y Redley de implementos deportivos.
Asimismo, Álvaro Solari con la marca Mormaii y el compromiso de traer deportistas brasileños a competir, lo que cumplió con Roni Ronaldo y Alex De Pontes, quien a la postre fueron los ganadores de sus respectivas categorías internacionales.
También, estuvieron Town & Country con una serie de ropa e implementos deportivos, la marca de bronceadores Banana Boat con “dólares” para primeros lugares, poleras y productos para el público.
Pocas semanas antes del torneo internacional, a la par que se sumaban otros pichileminos a diversas comisiones de trabajo, con la gestión de la pichilemina Ana María Celis, secretaria de un importante gremio a nivel nacional, cuyo presidente era el agricultor Domingo Durán y socio del Club de la Unión, se logró hacer allí una Conferencia de Prensa.
Todo marchaba y se agregaban apoyos impensados en un momento. Fue así, como pese al apoyo de la prensa en general con numerosos artículos, La Tercera ofreció un trofeo y poleras para el público.
A nivel local, en tanto, la comisión organizadora previó dos escenarios que se realizaron en La Puntilla y en Punta de Lobos, considerando las condiciones de las olas. Usándose finalmente los dos lugares.

Ceremonia y Sorteo de Mangas
El día 14, mientras Pichilemu se desbordaba de público y su capacidad hotelera y negocios quedaban sin productos que vender, prácticamente, se realizó la ceremonia oficial con la asistencia de la mayoría de los deportistas inscritos, autoridades, medios de prensa, entre otros.
Con discurso oficial, saludos de la autoridades y un número artístico, para finalizar con un cóctel de bienvenida, se materializó el inicio protocolar.
El día 15 siguiente, muy temprano se iniciaron las diferentes categorías y mangas respectivas. Lo mismo sucedió el día 16, para en horas de la tarde con jornadas en medio de un impresionante marco de público, se conocieron a los ganadores de las diferentes categorías y lugares que les secundaron.
Un Jurado integrado por destacados surfistas tuvo la misión de evaluar el desempeño y performances de los competidores: el chileno Francisco “Cala” Vicuña, los norteamericanos Joseph MacCroskey, Greg Randolph Henderson y Kurt Newman; más el inglés Bob Stanton fueron sus integrantes.

Los Ganadores
Categoría Internacional, surf: Roni Ronaldo; categoría internacional, body board: Alex De Pontes.
Categoría Nacional Surf, Tonko Petric (de Iquique).

Actividades asociadas al campeonato, que se repitió al año siguiente, fue el Desfile de Ropa Deportiva con participación de las marcas auspiciadoras, con atractivas modelos amateur, donde colaboró -en el montaje- la modelo profesional y asidua visitante de Pichilemu, Josefa Issense.
Y, como una anécdota, ahí estuvo también modelando la entonces desconocida jovencita Francisca Merino, que posteriormente incursionó en teleseries nacionales.
Ocurrió que el periodista rancagüino y guionista Jaime Herrera D'Arcangeli en los '90 nos confidenció primero, que estaba escribiendo -en ese tiempo aún estudiante- un guion para una teleserie y presentarlo en un Canal de TV. Ahí, nos detalló que el surf y Pichilemu estaban incluidos y luego nos consultó a qué actriz sugeriría para un papel preponderante. Le informamos que había una niña que “la veíamos” en un papel. Pasó un tiempo y sin saber qué había pasado, apareció la teleserie Adrenalina, donde participó Francisca Merino a quien se la habíamos mencionado.
Coincidencia o no, el surf pasó a ser un deporte que -aparte de verse en películas americanas- tomó protagonismo y visibilidad a partir de ese primer campeonato internacional realizado en el país; lo que indica que, en ese aspecto, como Club de Amigos del Surf de Pichilemu fuimos pioneros en impulsar el deporte, sin ser surfistas la mayoría, protagonismo que toman posteriormente la camada de deportistas que empiezan a surgir año a año.
Tras este paréntesis que puede ser, para algunos, un tanto presuntuoso, será tarea de los “historiadores” del futuro asignarle algún papel a cada uno de quienes fueron parte, en mayor o menor medida de todo ese proceso que se inició, en Pichilemu, con la llegada del mítico gringo barbón, desgarbado con una extraña tabla a cuestas y que, sin traje de neoprene, se metió en las frías aguas del mar pichilemino a finales de los '60. Y cuya imagen logramos conocer después de una búsqueda de años.

Objetivo logrado
Al menos cuatro países extranjeros son parte del recuerdo, en el primer campeonato internacional de Pichilemu, 1990: Argentina, Brasil, Perú y Estados Unidos y casi un centenar de surfistas chilenos, cuya larga nómina cuidamos en nuestros archivos.
En cada establecimiento comercial pichilemino con una sonrisa de oreja a oreja contando dinero. Y unos cuantos, repelándose de haber sido tan incrédulos y no creer en el proyecto que, el Club de Amigos del Surf de Pichilemu, habían organizado ad honorem en beneficio de su comuna. Éstos durante cinco torneos y años seguidos lo organizan.
En octubre de ese año 1990 la Tienda de Ropa “Happy Days” destina espacio a artículos de surf y body board.
Pichilemu empieza a tomar otro cariz, otro status y en muchos aspectos se empieza a desarrollar una cultura paralela a la tradicional de aquel apacible pueblito que recibía solo turistas en verano y fines de semana largo.
A partir de ahí, cada fin de semana llega público atraído por el deporte de las olas, muchos deportistas de todo el mundo, en cualquier época del año llegan a practicarlo, como muchos a admirarlo, a presenciarlo.
Posteriormente a los cinco torneos organizados por el Club de Amigos del Surf de Pichilemu, marcas asociadas al deporte como otras de diferentes rubros, organizaron o auspiciaron sucesivos torneos, incluso mundiales; todos los cuales -como en todo el planeta- han quedado statu quo, a la espera de la evolución de la amenaza sanitaria que ha puesto en jaque al mundo. 

Fotografías: WSG/Archivos "Pichilemunews".

Fuente: www.pichilemunews.cl – 13.06.2013
-Hace 50 años cuando tenían 11, 12, 13 y 14 años de edad.

“ …. amigos, les propongo cambiar de tema. ¿Se recuerdan del Club Deportivo “Independiente” de Pichilemu?
- ¿Qué pasa con el “Independiente”, respondió uno que estaba enfrente.
- Pasa que en unas semanas más va a cumplir sus “Bodas de Oro”, ni más ni menos …”
- Oye pero cómo han pasado los años …, si yo también fui uno de los socios fundadores y tú también estabas, ¿o no?
- Claro que sí, por eso mismo les recuerdo. Y tú Ángel, también asististe a esa reunión, según recuerdo.
- Pero cómo no. Si tuve que arrancarme por la ventana de atrás para poder asistir.
Acuérdate que se hizo ya de noche en lo que era la Biblioteca Parroquial …”, responde Ángel Vargas Retamal.
- Yo también asistí junto a mi hermano Armando y Carlos”, terció Jaime Cabrera Lizana del sector Infiernillo, en los límites de Playa Hermosa.
- “¡Qué increíble, 50 años de vida deportiva e institucional del Club de nuestros amores que ayudamos a fundar; pero lo más extraño es que yo voy a cumplir 55 y yo tenía 14 años cuando lo fundamos ..”, dijo Gustavo Vidal González, quien se había mantenido observando como jugaba un perro de visita, un hermoso siberiano.
- Amigos –aparte de nosotros- que otros compañeros participaron de la fundación del “Independiente”, preguntó Juan Sánchez Moreno.
- “Hagamos el ejercicio de recordar”, dijo otro.
- Así –más o menos- versaba una conversación ocurrida aproximadamente un mes en las cercanías de Santiago, en un asado de camaradería con motivo del rencuentro de Juan Antonio Vargas Llanca –quien radicado en Australia hace 39 años- no veía a muchos de sus ex compañeros de Escuela y Liceo hace casi medio siglo.
- Tras pasar por varios temas y ¡salud! –Dios mediante- uno de los comensales no desaprovechó la ocasión. No era una ocasión cualquiera. Estábamos con un compañero que, en algunos casos, no veíamos más de cuarenta años o más. Y éste, pese a ser liceano y haber participado de la fundación del “Independiente”, sabía de su existencia y donde su hermana Mercedes era parte de la Rama Femenina. Quizás fue ese mismo hecho que lo hizo asentir muchos de los nombres que fueron surgiendo.
- Y agregó: “Yo empiezo: Manuel Pacheco Vargas, Héctor Ortíz Carreño …”
- “Gabriel Pavez Jorquera y Guillermo Hernández Espinoza …”
- “Carlos Vargas Barahona y Mario Jorquera Vargas ..”
- “Alfonso Cortés Cabrera,  Ramón Cornejo Aliaga y los demás no participaron por diversos motivos.
- Los demás fueron parte de los Cruzados y Guardias de Honor. Entre ellos:  los hermanos Oscar, Carlos, Sergio y Aurelio Álvarez Pino, los hermanos Hernán y Manuel Muñoz Jorquera, Ramón y Mario Valenzuela Cabrera, los hermanos Eugenio y Rubén Gaete Jorquera, los hermanos Francisco y Humberto González Aliaga, los hermanos Luis, Roberto y Vitalio Carreño Carreño, entre otros.
- También, varios jóvenes de Cáhuil, como  los hermanos Camilo y Carlos Lizana Galarce, los hermanos Aldo y Hugo Polanco Contreras.
- También, personas adultas como los hermanos Manuel y Sergio Pacheco Arzola, Guillermo Arraño Acevedo, Julio Gómez.
- Asimismo, otros jóvenes, como Ramón y Jorge Reyes Olivares, los hermanos Juan, Miguel y Ramón Lizana Galarce, los hermanos Mario y Guillermo Correa Arraño.
  - Igualmente, Manuel Mella Farías, Armando Polanco Galarce, Mario Ortíz Carreño, Carlos Jorquera Cáceres, Manuel Becerra Gaete, José Muñoz Gaete, Juan Díaz D., Luis Urzúa Púa, Eugenio González Vargas, Juan Pérez Rodríguez, Juan Gálvez González, Javier López González, Germán Gómez Pérez, los hermanos Arturo y Eduardo Vidal González, los hermanos Hugo y Gustavo Vargas Cubillos.
- En el transcurso del tiempo, son cientos de jugadores y simpatizantes que se agregan al CDI, firmando los registros de socios: Orlando Cornejo Bustamante, los hermanos Leopoldo y Roberto Martínez, los hermanos Guajardo, (ambos de Cáhuil), los hermanos Alfonso y Hugo González Urzúa, los hermanos Antonio y Roberto Saldías González, los hermanos Jorge, Luis y Juan Carlos Leiva Polanco, los hermanos Carlos y Hugo Herrera Ríos, los hermanos Juan Carlos y Héctor Iriarte, los hermanos Manuel y Miguel Celis González, los hermanos Jaime y Héctor Fuentes Cáceres, Ramón Becerra Vargas, Mario Galarce, Andrés Bozo Vargas, Manuel Jorquera Vargas, Guillermo Pérez, Alberto González Álvarez, Jorge Peña González, Enrique Becerra Jorquera, Bruno Pacheco Urzúa, Sergio Pacheco  Vargas, Fernando Urzúa Púa, Alfonso Apablaza Letelier, Sergio Morales, Luis Córdova Carreño, Ramón González Tapia, Francisco Menares, Víctor Riveros, Juan Paillán, Eduardo Morales.
- “Chino” Moreno, “Neco” González, Roberto Torrealba, Juan López, José Miranda González, Luis Lizama, Luis Catalán Ahumada, Marcelo Pino Poblete, Luis González Valenzuela, Luis Villanueva Villalobos, Mario Bichón Escobedo, Oscar Álvarez González, Oscar y Patricio Herrera Silva, los hermanos Renato y Orlando Muñoz Carreño, Patricio Serrano, Carlos Lorenzo González, Jorge Contreras, Jorge Nasser Guerra, Padre Enrique Padrós Claret. Y muchos más que año a año incrementan los registros del Club Deportivo “Independiente”; siendo muchos de ellos, hijos y nietos de los más antiguos; como también de familias que se han ido radicando en la comuna.

RAMA FEMENINA
A través de estos 50 años, muchas son las damas que se han integrado a la Rama Femenina, ya como pololas, hermanas, esposas de socios, jugadores. Recordamos, por ejemplo a las hermanas María Eugenia y Marta Bozo Becerra, Clara Urzúa Púa, las hermanas Ana María y Mónica Celis González, las hermanas Angélica y Julieta Álvarez Rossel, las hermanas Regina, Enriqueta, Rosa, Mónica, Inés, Jacqueline Cornejo Salazar, Mercedes Vargas Llanca, Sara González Urzúa.
Cada uno de estos socios y jugadores recordados –de memoria- en este artículo deben –no obstante a que algunos buscaron otras tiendas- sentir que cada uno aportó en su momento, al engrandecimiento de esta institución que –al estar viva, vigente- es un aporte al desarrollo no solo de la institución, sino a la sana práctica deportiva, dando espacio a la niñez y juventud para su desarrollo personal.
¿Cómo termino esa jornada de camaradería de estos ex compañeros de Escuela y luego en el Liceo, en Pichilemu, en los años ’60?
- “Sería lindo asistir al menos a una de las actividades aniversarias ¿no creen, amigos?”, reflexionó y lanzó la idea.
- “Sigamos en contacto y conversando para coordinar un posible viaje al terruño. Averiguemos fecha, hora y lugar y nos la comunicamos para ver esa posibilidad ….”, fue el acuerdo final.

Fotografías: Archivo "pichilemunews"/WSG