Viernes, 20, Sep, 8:55 PM

Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 29.07.2024
Centrados a mediados de los sesenta y principios de los setenta, Pichilemu vive informado de lo que las radios del exterior le comunican. La televisión aún es una utopía y los diarios y revistas que llegan a través del tren de pasajeros contribuyen al conocimiento del mundo exterior.
Los colegios imparten ciclos preparatorios, exceptuando el Liceo José Miguel Camilo que ofrece hasta segundo humanidades, pero con cierta limitación toda vez que se deben dar exámenes ante comisiones de profesores normalistas que vienen de Santa Cruz o San Fernando.
Al ponerse de moda la música instrumental con conjuntos que incluyen a una primera y segunda guitarra, bajo, baterista y su vocalista empiezan a surgir los locales bailables con lo cual una nueva vida nace en Pichilemu.

Es más, de medianoche y todavía resta visitar al más emblemático de los lugares. Dicho lugar recibe la mayor cantidad de personas de todos los estratos sociales, donde el rey indiscutido de la pista es el pichilemino “Lumumba” o Juan “Chorero” Vargas Carreño. Su concesionario, Francisco Lorca le llama Quinta de Recreo “Costa Azul" y está emplazada al inicio de la calle José Joaquín Aguirre colindando con las dunas que sirven de cortinas al oleaje del mar.
Es un gran galpón rectangular de madera de un poco menos de cien metros de largo con mesas y banquetas ancladas a la tierra en su gran mayoría. Al lado izquierdo un extenso mesón y frente a la puerta principal un gran escenario.
La Sonora “Festivalera” de Santa Cruz con su vocalista Ismael Carrasco le ponen el ritmo a la noche. Valses, tangos, cumbias y corridos envuelven el lugar mientras el pisco y la grapa con cuatro bebidas o bien el ponche de vino blanco con bebidas acompañan las mesas. Los fotógrafos recorren el recinto inmortalizando a los presentes ya sea en las mesas o bien al ritmo del baile del momento.
El mesón abarrotado de personas sin pareja observan hacia el centro de la Pista queriendo involucrarse en el baile.
El tiempo no cuenta. Todo es alegría y diversión. Muchos aprovechan a través de un papelito que hacen llegar al animador, enviar un saludo a algún familiar que cumple años o algo parecido como hacer conocer al personaje que se encuentra en el lugar.
La Sonora hace un alto y "Sandy Nasser" vistiendo un elegante traje negro con una humita roja que va de hombro a hombro ofrece los destacados temas de Leonardo Favio que se encuentran en boga, “Fuiste mía un Verano" y "Quiero aprender de memoria".
La noche se va y junto a ella se abandona el lugar.

Sobre la misma calle al lado derecho en un rústico local se encuentra el rey de los anticuchos, un personaje delgado con un pequeño bigote, boina, pañuelo al cuello y delantal blanco que se autodenomina "Doctor Mortis" especializado en ofrecer anticuchos de carne y de pollo. La travesía de la noche obliga a participar del ofrecimiento sirviéndose ya sea sentado o bien de pie al lado de la parrilla.
Al llegar a Aníbal Pinto un estimado propietario del Restaurante “Ducal” -Rubén Espinoza Moreno- ofrece el mejor caldillo que recuperará el cuerpo. El famoso caldillo de congrio que solo él posee el secreto de su condimentación.
El sol muestra sus primeros rayos. Las luces del pueblo se han apagado, lo cual indica que la noche se ha ido dejando tras de sí inolvidables recuerdos de una noche de verano en ese Pichilemu de los tiempos idos.

(*): Profesor U. de Concepción
Nota: Titulado en esa casa universitaria penquista.

Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 28.07.2024
Centrados a mediados de los sesenta y principios de los setenta, Pichilemu vive informado de lo que las radios del exterior le comunican. La televisión aún es una utopía y los diarios y revistas que llegan a través del tren de pasajeros contribuyen al conocimiento del mundo exterior.
Los colegios imparten ciclos preparatorios, exceptuando el Liceo José Miguel Camilo que ofrece hasta segundo humanidades pero con cierta limitación, toda vez que se deben dar exámenes ante comisiones de profesores normalistas que vienen de Santa Cruz o San Fernando.
Al ponerse de moda la música instrumental con conjuntos que incluyen a una primera y segunda guitarra, bajo, baterista y su vocalista empiezan a surgir los locales bailables con lo cual una nueva vida nace en Pichilemu.

El Hotel "Rex" de Sergio Urzúa Quezada -padre de Rolando, Hugo Hernán, Marcial y Melala- situado en Ortúzar a pocos pasos de la playa con amplios comedores, recibió por azar a un grupo musical que se ofreció amenizar los almuerzos de mediodía y las cenas de la noche a cambio del hospedaje y de su manutención. Eran "Los Stereos" que revolucionaban con un estilo instrumental nuevo con temas como "Díselo a la lluvia", "Tu ya no estarás" y “Me lo dijo Adela". Le siguieron Raúl Alarcón "Florcita Motuda" y Carlos Urquiza, director musical de José Alfredo Fuentes. Ellos junto a la visión de Don Sergio, abrieron las puertas a la música en Pichilemu.
Es plena temporada veraniega y hay que caminar si quieres recorrer la noche. Desde el Centro hasta Infiernillo hay una gran distancia y no hay medios de locomoción a la vista, de preferencia las cabritas que recorren la noche con un farol a un costado sobre la rueda. Es por eso que, después de un largo caminar hacia Infiernillo se divisan a lo lejos unos roqueríos y seguidamente una construcción con amplios ventanales que dejan ver las olas reventando a pasos de su pista central.
Es el "Rapa Nui" de la Sociedad Gutiérrez Scoppesi. En la entrada, grandes carteles anuncian las actuaciones de destacadas artistas santiaguinas como Fresia Soto, Wendy, Magaly Acevedo y Maggy Lay.
Ya en su interior la "Sonora Palacios" contagia con sus temas como "El galeón español", "La Peineta" y "El caminante". Al calor del pisco con cuatro bebidas y del contagiante ritmo la noche avanza sin darse cuenta.
Dado que la noche es joven habría que ver qué más ofrece la misma. Siendo así se inicia el retorno, siguiendo un pedregoso camino junto al borde costero hasta alcanzar la terraza y a un costado de la última escala, los Baños Tibios que por las noches cambian su rubro y se transforman en un lugar bailable. Es la "Scala". Ingresando al recinto unas luces brillantes intermitentes acompañan al conjunto "Los once punto diez" que destacan con temas ya muy populares de "Los Beatles" como "Yesterday", "Help" y "Yellow Submarine" en la voz de Nibaldo Cantillana.

Subiendo las escaleras, por la Avenida La Marina, frente al parque en un ala del Gran Hotel Ross se encuentra "Chino ‘s Bar" de propiedad de Guillermo Bradley Cerón. Al costado de un amplio salón hay una gran barra para atender al visitante y en el otro extremo un conjunto, "Los Rockets," con su vocalista Carlos González que interpreta un gran surtido de temas de la época. Después de una aplaudida actuación suben al escenario "Los Phanters" dándole un nuevo aire a la noche con temas que invitan a bailar al visitante presente.
Siguiendo por Avenida La Marina se encuentra el Hotel Casino. En su subterráneo se ha reacondicionado el lugar con maples pegados a la pared, pintados preferentemente de colores oscuros para darle un sentido mayormente lúgubre y con caracteres de paredes perforadas a cincel. La luz del lugar es tenue, casi oscura, con un tono más o menos psicodélico. Es "La Caverna" de propiedad de la Sucesión González Pérez. Se baja por unas escaleras hasta el fondo, donde se ubica el mesón de atención al público y a un costado el grupo "Indiana" a cuyo intérprete Álvaro Sifón la juventud asistente se deleita identificándose con cada tema de la época. Y siguiendo con el ritmo de la noche suben al escenario "Los Majarum" destacando con el tema más sonado del momento "Samba pa ti” invitando a las parejas al baile mayormente esperado de toda la noche.
Es febrero y el tiempo acompaña. Hay que caminar hasta Aníbal Pinto y José Joaquín Aguirre. Bajando hacia una planta inferior entre una fila de pilares se encuentra "El Rubí" atendido por su serio propietario y caballeroso Miguel Rodríguez. El Rubí es un lugar de juventud y adulto joven con un ambiente mayormente claro y un poco más sobrio, pero con variados grupos musicales que constituyen el deleite de los asistentes. "Los Banana 5" con cumbias bailables. "Los Krater" con su tema emblemático "Juana Peña”. "Pachuco y la Cubanacan" con "Pachuco bailarín" y "El Africano" y por último "Los Monstruos” con su tema principal "El matrimonio".
Un grato, inolvidable y variado ambiente se vive en "El Rubí" que difícilmente los visitantes podrán olvidar.
Hay que ir hasta Avenida Ortúzar frente a la Botica del pueblo para adentrarse en otro ambiente. Ahí se encuentra la "Pista Municipal" representada también por el amigo Miguel Rodríguez a cuya alternativa ofrece un ambiente más holgado para la juventud de los distintos sectores del pueblo. El grupo "Tijuana“ con una gran variedad de temas, en especial de "Los Ramblers" cautivan a la gran muchedumbre asistente.

(*): Profesor U. de Concepción
Nota: Titulado en esa casa universitaria penquista.

Fotografías: Internet

Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 24.07.2024
Pichilemu, pueblo costero ubicado al suroeste de Santiago, dotado de arenas grises, rocas escarpadas y acantilados empinados, ofrece un sinnúmero de atracciones para las familias veraneantes que gustan de la playa y del campo.
Desde fines de los sesenta los pichileminos comenzaron a prepararse con mayor fuerza para recibir a sus visitantes, en una época de verano marcada tan solo por unos cuantos días de enero y casi la totalidad de febrero.


Un lugar emblemático es el Parque Ross con su glorieta, pileta, kiosco y palmeras con cerca de medio siglo que constituye un lugar obligado para el visitante.
Los hoteles Casino, Gran Hotel Ross y City marcan la rigurosidad del veraneante toda vez que ellos albergaban a los más exigentes turistas de la época.
El bosque, un camino con una entrada de palmeras a ambos lados que conducían a su interior hasta alcanzar unas cuantas mesas y bancas fabricadas con una mezcla de arena, fierro y cemento, con un acabado que imitaba la textura de troncos y una cubierta lisa, afinada suavemente, que permitían al veraneante realizar sus picnics junto a sus frondosos árboles.
Por la misma vía y también por otras alternas se podía alcanzar un cerro donde el sacerdote Fuenzalida ideó e instaló una gran cruz para celebrar más de alguna misa en el lugar. Debido a eso pasó a llamarse el Cerro de la Cruz.
En la calle Independencia se encuentra la Municipalidad local. Un edificio de dos plantas desde donde gobierna el alcalde acompañado de sus regidores. En el mismo lugar se encuentran las oficinas de la tesorería, la oficina de correos y el Retén de Carabineros. Detrás, en el subterráneo un calabozo y adjunto al mismo, las caballerizas toda vez que las rondas rutinarias los carabineros las realizaban montados en briosos caballos.
A pocos metros había una cancha encementada con cuatro luminarias donde se divertía la juventud realizando competencias amigables de baby fútbol y baloncesto. Tanto en el verano como en el invierno se realizaban campeonatos que cautivaban tanto al lugareño como al veraneante.
Desde la cancha misma mirando hacia el Sur se encuentra el mítico Cine Royal, lugar de ensueño para todo amante del cine puesto que ahí se proyectaban los mejores estrenos de la temporada. Quién más y quién menos guarda el mejor de los recuerdos de alguna proyección vista en ese lugar.
Por Chacabuco se encuentra la Parroquia “Inmaculada Concepción” y junto a ella la casa parroquial y tras el inmueble las caballerizas con la carroza que era utilizada para transportar a quienes dejaban este mundo. La iglesia, casa del catolicismo efectuaba los servicios de misas, bautizos, confirmaciones, casamientos y defunciones.

Y en Avenida Ortúzar final se ubica la otra Iglesia. Es la Iglesia El Carmen en honor a la Patrona de Chile reservada para la misa dominical de las 10.00 a.m. y que ya tiene de vida cerca de medio siglo.
Por Independencia cerca de las dunas hay una cuadra que está destinada a una plaza. Hay un trazado que intenta darle forma y conjuntamente han empezado con la arborización. Su nombre será Plaza Prat en honor al héroe de Iquique.
Hacia el sur-oriente de la plaza se encuentra la Piedra del Pelambre. Es un montículo de arenisca que sirve de espacio para mirar hacia el extenso mar. Parecería que esas miradas eran acompañadas de sabrosos comentarios de los vecinos del lugar y por eso llevaría ese peculiar nombre.
Bajo el puente que conduce a la estación de trenes se encuentra el atraque de botes que se usa para transportar al veraneante por las aguas de la Laguna Petrel en un paseo generalmente familiar.
Siguiendo la dirección del puente peatonal se llega a la terminal de la Estación de trenes. Una oficina con una ventanilla para la venta de boletos, un hall que conecta la calle con el andén y una bodega para el depósito de las mercaderías que entran y salen del pueblo.
Más al Sur de la Estación existe una punta de diamante que intercepta tres calles: Avenida La Concepción, San Antonio y Camilo Henríquez. En una de esas esquinas, San Antonio con La Concepción, se instaló la famosa “Culata” una banca donde los vecinos suelen pasar las tardes alegrando con sus bromas a cuánto transeúnte se cruce por ahí. En un frente el Restaurante "Las tres B" del Tato Becerra y en el otro la Botillería de José Escobar.
Finalmente los recuerdos nos llevan hasta la entrada de Pichilemu. Es el Puente Negro que intercepta con la línea férrea y que se constituía en la puerta que se abría para recibir al veraneante que llegaba utilizando tanto el sistema rodoviario como ferroviario.

(*): Profesor U. de Concepción
Nota: Titulado en esa casa universitaria penquista.

Fuente: El Rancagüino online – Por: Ricardo Obando – 26.07.2024


Una excelente noticia para el turismo de la región de O’Higgins se generó este jueves, luego que la prestigiosa Revista Time, ubicara a la “Ruta de los Abastos”, recorrido que pone el valor el campo y el mar en la zona costera de O’Higgins, como uno de los mejores lugares del mundo 2024.
La denominada “Ruta de los Abastos” forma parte de una cooperativa de turismo que trabaja en el secano costero, poniendo en valor diversos aspectos con el fin de fortalecer las economías locales desde la comercialización de experiencias de turismo gastronómico. Lo anterior, como lo explican en su web, la finalidad está en poner en el centro “a los viñateros campesinos, los pastores de ovejas, las recolectoras de orilla, pescadores, cocineros, restaurantes, los agricultores de la quinua, los productores de cerveza, de maíz, trigo y aceite, los salineros, huerteros, apicultores, artesanos, sus saberes, sus sabores”.
Según Time, “Las comunidades agrícolas abandonadas de O’Higgins, una de las regiones con mayor biodiversidad de Chile, se han transformado en centros rurales de turismo gastronómico”.
La zona de Barrancas está incluida en la denominada “Ruta de los Abastos”, destacada este jueves por la prestigiosa Revista Time.

Foto: Marco Lara.

Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 21.07.2024
- Pichilemu, pueblo costero ubicado al suroeste de Santiago, dotado de arenas grises, rocas escarpadas y acantilados empinados, ofrece un sinnúmero de atracciones para las familias veraneantes que gustan de la playa y del campo.
- Desde fines de los sesenta los pichileminos comenzaron a prepararse con mayor fuerza para recibir a sus visitantes, en una época de verano marcada tan solo por unos cuantos días de enero y casi la totalidad de febrero.

Eran los tiempos cuando los trenes ordinarios y excursionistas abarrotaban de veraneantes un pueblo lleno de carencias, pero con mucha voluntad para recibir a esa gente. Las calles y veredas polvorientas en su mayoría mostraban la pobreza del lugar. Los vientos del Sur azotaban las playas por semanas y los días nublados que igualmente se quedaban por largos periodos, amenazaban con devolver a aquellos turistas que no gustaban comprometerse con el sacrificio del frío verano.
Sin embargo, la voluntad de los lugareños para recibir de la mejor manera posible a esa gente compensaba el sacrificio que ellos realizaban. Se pintaban las casas. Las residenciales y los hoteles aumentaban su personal de servicio para ofrecer una mejor y esmerada atención. Los locales comerciales como restaurantes, hosterías y tiendas de abastecimiento de mercaderías hacían lo propio procurando la mejor de las atenciones.
Muchas carpas en la playa principal ayudaban al turista a capear el viento y el frío de esos días en que correr hacia las olas y permanecer dentro de ellas era un martirio. Las dunas socorrían a esos veraneantes que llegaban en el tren excursionista y que se apostaban en esos lugares aprovechando el día bañándose en el mar y sirviéndose ahí mismo sus meriendas de pollos cocidos, huevos duros, sandías y melones.
. Una Casa de Socorro allá por la calle Chacabuco donde se atendían las emergencias de salud a la cabeza del Dr. Basilio Sánchez, del practicante Raúl Llanca y de varias auxiliares de enfermería colmadas de voluntad que se esmeraban por otorgar un servicio acorde a los requerimientos.
Ante la falta de vehículos motorizados los servicios de traslado eran cubiertos por cabritas que llevaban al turista a los hoteles y residenciales y además le otorgaban un servicio de paseos por los distintos puntos turísticos que posee la zona.
Hacia el sur, a lo lejos, Cáhuil un poblado lacustre aislado que se esmeraba por abrirse al mundo ofreciendo sus productos extraídos de su laguna y que acompañaba con una hermosa historia de un caballito con jáquima y crines de oro que correteaba por sus aguas y que proveía de abundantes mariscos a la laguna.

De retorno de Cáhuil, la laguna El Perro que debe su nombre a un perro que sacrifico su vida defendiendo a su amo de las garras y uñas del cuero mitológico que habitaba en la laguna.
Casi al frente, más próximo a la playa la Laguna de Los Curas que sirve a la 0rden de la Merced que tienen su casa de veraneo próximo a las rocas de Punta de Lobos.
Punta de Lobos, se identifica con dos grandes rocas adentradas en el mar que servían de vivienda a una manada de lobos marinos que se reproducen en esa área. Afincado en la pendiente un rancho rústico del "Chico Nene" Poblete que proveía de bebidas, cervezas y comidas con productos del mar a los avezados turistas que lograban llegar al lugar. En el intermedio de esa ruta Rancho Pinares dónde se podía degustar todo tipo de comidas criollas y divertirse paseando a caballo y en carreta o bien tomando mate con pan amasado acompañado del canto de algún folklorista.
Por la ruta aproximándose al pueblo y en un lugar despoblado, el Rancho Solitario que atendía con excelentes platos variados, mezcla de mariscos, gallinas y carnes bovinas, sumado a la picardía criolla de su propietario, conocido por sus amigos como Luis “Chaparro” González.
Ya en la zona de Infiernillo Manuel "Ñungo" Aliaga con su Restaurante Los Aviadores que disponía de un variado servicio de comidas y de tragos para el parroquiano. Frente a él, la cancha de aviación, un rectángulo de tierra que daba vida al movimiento aéreo de aeronaves menores.
En La Puntilla, un barco situado en un promontorio de roca pura que en sus orígenes sirvió para ver las puestas de sol y para tomar el té de siesta. En algún momento también albergó a más de algún personaje que buscó concientizar y enajenar a la juventud local.
En la planicie después de bajar por unas escalinatas están los Baños Tibios de mar que funcionan extrayendo agua de mar a través de una tubería para alimentar las duchas y las tinas dispuestas para los veraneantes.
Muy próximo a ese lugar y siguiendo hasta llegar al Parque Ross se encuentra una cueva que sirvió de refugio a los promaucaes, habitantes que poblaron la zona siendo el mismo lugar donde en algún momento se instaló la imagen de la Virgen de Lourdes.
Dentro de las historias se dice que esa cueva alcanza hasta el Hotel Casino sirviendo de vías de escape de aquellos jugadores que gustaban de los juegos de azar prohibidos por ley en dicho lugar.

(*): Profesor U. de Concepción

Nota: Titulado en la casa universitaria penquista.