Sábado, 27, Abr, 5:32 PM

Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Fortunato Bobadilla Acevedo (*) – 12.08.2023
- De acuerdo con lo expresado el sábado 5 de agosto pasado, y de haber entregado la primera y segunda Parte, proseguimos con la Tercera Parte de los Relatos -entre 1970 y 1974- que dan cuenta de detalles históricos, de hechos y situaciones en el ámbito de las comunicaciones y donde, el autor -un pichilemino- fue protagonista.

CORPORACIÓN DE TELEVISIÓN UNIVERSIDAD DE CHILE: 1970-1974

3.DIRECTOR DE ADMINISTRACIÓN Y FINANZAS

Nils Engdhal, director de administración y finanzas del Canal 9, decidió dejar su cargo para estudiar un postgrado en Londres. Aunque se me ofreció la opción de reemplazar a Nils y la rechacé, un triste e inesperado suceso posterior me haría cambiar de opinión. No puedo menos que relatar lo acontecido:

A las 23 horas del 9 de mayo Octavio, mi hermano menor fue atropellado por un vehículo que emprendió la fuga, en la intersección de las avenidas Irarrázaval con Pedro de Valdivia, a muy pocos metros de distancia de la casa de su novia. A las 2:20 horas del día siguiente - día de la madre – falleció. Tenía 24 años de edad, estudiaba en régimen vespertino la carrera de auditoría y ejercía como profesor de inglés y de guitarra en el Colegio San Juan.

Mi padre, un huaso fuerte, me abrasaba y lloraba desesperadamente porque su “conchito”, quien tantas veces le alegró la vida con sus canciones había partido…para siempre. Hasta ahora me asiste la convicción de que quien conducía el vehículo que atropelló a mi hermano, probablemente un Dodge de color blanco, fue algún funcionario del gobierno de la época, porque recuerdo muy bien que un detective me dijo que por orden de su director, Eduardo Paredes, el accidente no se iba a investigar.

Hugo Zunino, colega y gran amigo, fue quien me convenció de aceptar el referido cargo de director de administración y finanzas, argumentando que por falta de acuerdo entre la UP y el FU la búsqueda del reemplazante había resultado infructuosa, pero yo concitaba el consenso y, por último, me haría bien cambiar de actividad.

Lo primero que hice en el Canal fue abocarme a analizar y resolver tres problemas de cierta complejidad que estaban pendientes: a) las cuentas del mundial de fútbol de 1962, cuyas transmisiones las encabezó Canal 9, b) la confusión que existía en el canje de publicidad por pasajes aéreos, con LAN, y c) las operaciones de importación de cámaras de televisión, cables coaxiales y repuestos, con Phillips Chilena S. A. Respecto del primer problema debí establecer en detalle los ingresos provenientes de la publicidad, los costos involucrados y finalmente proponer y acordar un cierre de cuentas con los canales de televisión 13 y 4 de Valparaíso que también participaron. Diez años habían transcurrido sin que se aclararan las cuentas. En cuanto al segundo problema diría que LAN no tuvo más alternativa que aceptar el acuerdo que le propuse, porque si bien costó desenredar la madeja nuestra, mayor era el enredo de sus propios registros. El tercer problema implicó asimismo dificultades, pero estimo que no me costó tanto como los demás resolver.

Mantuve con el director general Carlos Sancho una excelente relación laboral, quizás porque ambos buscábamos la mejor manera de combatir la escasez de recursos y muy especialmente de los dólares requeridos para financiar los derechos de exhibición de películas de largometraje, dibujos animados y partidos de fútbol. De hecho, rescindimos varios de los contratos pactados en administraciones anteriores. Carlos no firmaba ninguna nueva adquisición de material filmado sin mi autorización previa, por cuanto sabía que sólo a través mío podía lograrse su internación al país y que el rector me autorizaba a mí, no a él, la cantidad de dólares requeridos.

Como parte de nuestras conversaciones, Carlos me decía, por ejemplo, que nunca imaginó que siendo un simple abogado llegaría algún día a conocer a tanta gente que ocupaba los más altos cargos en el país, y comentábamos acerca de los nefastos efectos que los estudios, las cámaras y el contexto en general que rodea a la televisión causan en las personas. Con vehemencia él solía exclamar: “La televisión es un ambiente corrompido y corruptor”. Cuando le manifestaba que al país no lo veía bien, debido a que las empresas quebraban, la escasez de alimentos crecía y que el horizonte parecía cada vez más oscuro, él se preocupaba y al poco tiempo me mostraba una lista con dos o tres empresas nuevas, asegurando que suponía habían muchas más. A pesar de nuestra amistad me resultó imposible convencerlo de suspender las transmisiones a Valparaíso, no obstante saber de la existencia de un cono de sombra que impedía irradiar las ondas a toda la zona. Estas transmisiones ocasionaban gastos y ningún ingreso, pero su eventual suspensión implicaba un efecto político. Al cabo de unos meses Carlos dirigió el siguiente oficio al rector:

“Por medio del siguiente oficio solicito a usted tenga a bien someter a la consideración del Consejo la disminución de la asignación de estímulo correspondiente al cargo de director de administración y finanzas, que es desempeñado por Fortunato Bobadilla Acevedo, en reemplazo del titular Nils Engdhal Plass, quien ha hecho uso de permiso sin goce de sueldo. La disminución de la asignación de estímulo sería de E°7.519 a E°5.070, correspondiente esta última cantidad al 39,10%. Esta solicitud obedece a una petición expresa del interesado”.

Los representantes de los proveedores de material filmado eran básicamente seis personas y que de alguna u otra manera buscaban que les compráramos material nuevo y les pagáramos las deudas. Todas eran agradables, a excepción de un par de ellas que solían insinuar atisbos de corrupción.

El director artístico, Sergio Ortega, presidía el comité de programación que sesionaba una vez por semana. Me interesaba formar parte de ese comité, porque según cual fuere la programación podían usarse más o menos recursos y generarse más o menos ingresos por auspicios y spot publicitarios. El único problema que se presentó fue la reprimenda al productor Jorge Pedreros por haber incluido en el programa Sábados en el 9 un espacio infantil que tuvo éxito, pero que no había sido autorizado previamente por el director artístico. Defendí al productor, porque bajo circunstancias diferentes, cuando se incluía un espacio que no producía impacto nadie se esmeraba en criticar.

Respecto del equipo móvil, compuesto por un camión habilitado con cámaras de televisión, audio, grabadora de video tape y equipo electrógeno, tenía por función preocuparme de financiar los repuestos, el combustible y los videos. Solía comentarse la anécdota en la cual se requirió una cinta de video para una grabación importante y que quien fue en su búsqueda no halló ninguna cinta virgen. Pero que había una que decía Raphael, a quien no conocía, y que se grabó sobre ella.

Para el departamento de prensa, dirigido por Luis Carrera, debía velar por conseguir 24.000 pies de película virgen de 16mm cada mes. Nuestro proveedor principal era Kodak Chilena S. A. Sin embargo, debido a la oportunidad en la entrega a veces era necesario obtener la película en préstamo de parte de Televisión Nacional, cuando no ocurría por la misma razón lo contrario.

La relación laboral que mantuve con el personal del Canal fue razonablemente buena. Con relativa frecuencia se acercaban a mi mesa en el casino personas de distinta ideología política, tales como Jorge Dagach, Francisco Deza, Fernando Rivas y el llamado “salvaje”, quizás por su larga cabellera y su atípico estilo de filmación. Sólo los miembros del sindicato se quejaban de vez en cuando de los precios y calidad de lo que consumían en el casino, pero todo quedó superado cuando llegó un nuevo administrador. ¿Cuál fue la receta?, le pregunté. Su respuesta fue directa y simple: sustituí la carne de vacuno por carne de equino. No me agradó saberlo, pero simplemente callé. Estimo del caso destacar que al concurrir a una asamblea a la que había sido invitado el doctor Enrique Paris, se me presentó en realidad una situación incómoda. Cuando quise formularle una pregunta al doctor, relacionada con el pluralismo, surgieron varias voces que intentaron impedirlo. Pero el doctor se impuso de inmediato, al manifestar: “El señor Bobadilla tiene el mismo derecho que ustedes a formular preguntas”. Boris Hardy fue más tarde a mi oficina para decirme que compartía mi punto de vista, pero dado que era socialista no lo pudo afirmar en público.

CONSTITUCIÓN DEL CONSEJO DIRECTIVO
Mediante el oficio 2814, del 26 de septiembre de 1972, el secretario general de la Universidad comunicó lo siguiente:
“El Comité Directivo Superior de la Universidad de Chile, en sesión celebrada el 20 de septiembre de 1972, adoptó lo siguiente: Se acuerda designar a Ignacio Balbontín, Exequiel Lira, Mario Inzunza y Germán Vidal como integrantes del Consejo Directivo de la Corporación de Televisión, quedando en definitiva estructurado el citado Consejo con los restantes integrantes que se señalan: 1) Eugenio Retamal, presidente del Consejo; 2) Carlos Sancho, director del Canal de Televisión; y 3)Luis Carrera y Romeo Maxwell, como integrantes en representación de los trabajadores de la estación de televisión”.

A partir de la fecha anterior, el Departamento de Televisión pasaba a denominarse Corporación de Televisión. El presidente citó a los miembros del Consejo para los días 9 y 18 de octubre de 1972, pero en ninguna de esas citaciones se pudo constituir, por falta de quórum. Los consejeros de la UP no asistieron por oponerse al tercer punto de la tabla, que rezaba: “llamado a concurso de todos los cargos del departamento de prensa”. El 19 de octubre se le impidió al presidente hablar en el programa “nueve diario”. Debido a tales circunstancias, el 20 de octubre un reducido grupo de funcionarios constituimos el Frente Universitario del Canal (FUC 9), completándose al cabo de tres días veintitrés integrantes.
Informé al director del Canal que pretendíamos ser una agrupación pacífica, lo cual quedó de manifiesto cuando no acatamos el llamado a paro del 24 de octubre de 1972 (“día del silencio”), dispuesto por sectores ajenos al gobierno.

En las Noticias de Última Hora, del 26 de octubre de 1972, se publicó lo siguiente:
“Una minoría movida por los interesados hilos que controla en el PDC y el PN el rector de la Universidad de Chile, Edgardo Boeninger, acaba de integrar en el Canal 9 de Televisión un grupo que declaró ser apéndice del Frente Universitario, la organización fascista que opera como elemento de la derecha en la corporación académica…..El cerebro organizativo es nada menos que el gerente de administración y finanzas, Fortunato Bobadilla, quien es militante democratacristiano de probada militancia pro-derechista……”.

LLAMADO A CONCURSO PARA PROVEER LOS CARGOS DEL DEPARTAMENTO DE PRENSA
El 21 de noviembre de 1972, el Consejo Directivo Superior de la Universidad aprobó la convocatoria que sigue (omito detalles):

“Considerando:
1° La voluntad mayoritaria expresada por la comunidad universitaria en el plebiscito realizado en abril de 1972, en el sentido de otorgar un mandato perentorio que implica modificar en forma substancial la programación del Canal 9, para que ésta sea educativa y cultural en su contenido y pluralista en lo ideológico, y que debe procederse a la provisión de todos los cargos del departamento de prensa del citado canal de televisión mediante un concurso público de antecedentes profesionales (consultas 30 y 32 del plebiscito);………………

El Comité Directivo Superior acuerda convocar:
A un concurso público de antecedentes profesionales para proveer todos los cargos del departamento de prensa del Canal 9, el que cuando asuman los que sean seleccionados, conforme al presente concurso, pasará a denominarse departamento periodístico. Los referidos cargos son los siguientes: un director del departamento periodístico, dos jefes de servicios informativos, cuatro redactores, nueve reporteros, siete camarógrafos, tres compaginadores y un encargado del archivo de prensa y documentación……”.

El 11 de diciembre de 1972, el secretario general (s) de la Universidad entregó la nómina de 54 postulantes al referido concurso público de antecedentes. Con motivo de todo lo anterior, los trabajadores del Canal resolvieron citar a una asamblea para el 12 de diciembre de 1972, en el estudio A que tenía una mayor capacidad. Cuando ésta se estaba llevando a cabo, en dos oportunidades vino un mensajero a instarme que asistiera porque los trabajadores querían hablar conmigo. El estudio estaba repleto, con funcionarios del Canal y trabajadores del Hospital José Joaquín Aguirre que calculo totalizarían unas doscientas cincuenta personas. Sergio Ortega fue al grano de inmediato, diciéndome: “Fortunato, queremos saber si formarás o no parte del jurado que resolverá los cargos del departamento de prensa, porque de ser parte la asamblea te pide que desistas en este mismo instante”. Le respondí que era probable que integrara ese jurado y que todos los periodistas del Canal podían postular a los cargos. Este breve intercambio de palabras fue lo suave. En seguida surgieron las amenazas, dentro de un ambiente tan tenso que hasta un par de miembros del FUC 9 se inclinaron por imponerme sanciones. Al siguiente día, sin embargo, todo parecía haber vuelto a la calma.

La nómina del departamento de prensa, previa a la convocatoria, era la siguiente:
Abumohor Cáceres Roberto, Aguirre Mandiola Manuel, Bluthenthal Geiss Irene, Budnik Sinay Miguel, Canelo Córdova Enrique, Cannobbio Salas Ximena, Carmona Acevedo Augusto, Carmona Ulloa Ernesto, Carrera Villavicencio Luis, Castillo González Sergio, Castro Muñoz Félix, Cordero Soto Mario, Cortés Bazán Mario, Díaz Barrientos Mario, Fuentes Delgado Julio, Garrido Lagos Hernán, Henríquez Vergara Patricio, Jorquera Riquelme José, Lawrence Kendall Williams, Mella Núñez Eduardo, Otero Lanzarotti Marcela, Pérez Cartes José, Pino Mebol Carlos, Rivera Bravo Osvaldo, Rojas Rojas José Darío y Vides Leiva Juan José. Los periodistas Clavería Máximo y Sánchez Fernando figuraban adscritos a la planilla de elenco.

El 14 de diciembre de 1972, el secretario general (s) de la Universidad comunicó el acuerdo 617, del 7 de diciembre, mediante el cual el Comité Directivo Superior designó a los integrantes del jurado que deberá resolver el referido concurso. Este jurado quedó integrado como sigue:
Titulares: Hugo Zunino, Alejandro Magnet, Mario Planet, Sergio Ortega, Fortunato Bobadilla, Francisco Cumplido y Germán Vidal.
Suplentes: Julio Auger, Néstor Porcell, Antonio Bascuñán y Sergio Villalobos.

En el acta correspondiente consta lo siguiente:
“El jurado se constituyó en la Casa Central el 18 de diciembre de 1972, bajo la presidencia de Eugenio Retamal e integrado por los siguientes miembros: Hugo Zunino, Alejandro Magnet, Fortunato Bobadilla, Francisco Cumplido, Germán Vidal, Antonio Bascuñán y Sergio Villalobos. En sucesivas sesiones el jurado procedió al examen de los antecedentes de 54 postulantes y ha resuelto el concurso proponiendo los siguientes nombres para los cargos que se indican:
Para director del departamento periodístico, a Octavio Neira Urrutia; para jefes de servicios informativos, a Werner Arias Aeschlimann y a José Miguel Riveros González; para redactores, a Miguel Arteche Salinas, Licia Ballerino Ciscutti, José Humberto Pérez Cartes y José Darío Rojas Rojas; para reporteros, a Héctor Arenas Soto, Hugo Díaz Pacheco, Teresa Donoso Loero, Florencia Varas Olea, Daniel Galleguillos Tobar, Luis Alberto Ganderats Peigneguy, Carmen Mera Oliva, Silvia Riquelme Aravena y Gloria Urgelles Villar; para camarógrafos, a Jorge Gómez Prieto, Manuel Martínez Alvear, Sergio Mihovilovic, Mario Rojas Guerrero y Manuel Pérez Pino; para compaginadores, a Pablo Correa Alliende y Gloria García Ortega; y para encargado de archivo de prensa y documentación, a Patricia Peña Martínez………..Para constancia firman el 29 de diciembre de 1972, el presidente y los miembros del jurado”.

El Consejo Directivo se pudo constituir una vez resuelta la dificultad del quórum. En el acta correspondiente consta lo siguiente:
“En Santiago de Chile, a 19 de enero de 1973, siendo las 10:30 horas A.M., en presencia del secretario general de la Universidad de Chile, se reunió para sesionar el Consejo Directivo de la Corporación de Televisión, con asistencia de los siguientes directores:
Eugenio Retamal presidente, Exequiel Lira, Germán Vidal e Ignacio Balbontín cuya asistencia reunía el quórum necesario para sesionar, en conformidad al artículo 6° de los estatutos de la Corporación………El secretario general dio lectura a las modificaciones de los estatutos de la Corporación, efectuadas por decreto del rector 60 de 8 de enero de 1973, decreto dictado en cumplimiento de acuerdos previos del Comité Directivo Superior, del cual la Contraloría General de la República tomó razón con fecha 15 de enero de 1973………El Consejo Directivo acuerda nombrar secretario ad-hoc a Oscar Musalem”.

Dentro de los quince acuerdos contenidos en el acta, destacan:
“Acuerdo 7. Todo pago que se efectúe en el Canal 9 deberá llevar el visto bueno previo del director de administración y finanzas. Podrá, además, efectuar giros, firmar cheques, cheques de cargo, traspasos y depósitos.
Acuerdo 8. Se faculta al presidente para que ubique un lugar de funcionamiento de la Corporación.
Acuerdo 12. Se toma conocimiento del concurso, fallo y nombramiento de los profesionales periodistas del departamento de prensa. El Consejo Directivo de la Corporación hace suya la decisión tomada por el Comité Directivo Superior y por el rector de la Universidad de Chile, como ejecutor de los acuerdos del Comité Directivo citado, del fallo y nombramiento de los periodistas que ganaron los concursos en las funciones y cargos que ahí se resolvieron y ratifica todos los acuerdos y decisiones tomadas con este motivo”.

Mediante el oficio 5/73, del 24 de enero de 1973, el presidente comunicó el acuerdo 7 al director general del Canal. Respecto del acuerdo 8, el presidente consiguió como lugar provisorio las oficinas del Departamento de Bienestar de la Universidad, ubicadas en calle Amunátegui 73. El acuerdo 12 dio origen a un impasse entre la Universidad de Chile y la Contraloría General de la República, según consta en las copias de extensos documentos, parte de los cuales incluyo en el resumen siguiente:

Oficio 17249 del contralor general, del 2 de marzo de 1973, dirigido al rector. Materia: devuelve sin tramitar los decretos de nombramiento.

Oficio 26/731 del rector, del 9 de marzo de 1973, dirigido al contralor general. Materia: reenvía los decretos de nombramiento.

Oficio 27665 del contralor general, del 12 de abril de 1973, dirigido al rector. Materia: devuelve sin tramitar los decretos de nombramiento, por no compartir los criterios manifestados por el rector en el oficio 26/731.

Oficio 85 del rector, del 17 de abril de 1973, dirigido al presidente de la Corporación.

Materia: informe resumido de los oficios anteriores, agregándose que para la Contraloría General de la República “el nombramiento de personal es una facultad privativa de la Corporación de Televisión”.

Oficio 29/73 del presidente de la Corporación, del 17 de abril de 1973, dirigido al Consejo Nacional de Televisión. Materia: comunica el acuerdo 12 y solicita dictamen respecto a que la Corporación de Televisión no está sujeta a la fiscalización y control de la Contraloría General de la República.

Certificado emitido por el subsecretario ejecutivo y secretario de actas (s) del Consejo Nacional de Televisión, referido a los acuerdos adoptados en la sesión del 8 de mayo de 1973. Materia: hace suyo el acuerdo 12 y comparte el criterio en cuanto a que la Corporación no está sujeta a la fiscalización y control de la Contraloría General de la República.

Oficio 36/73 del presidente de la Corporación, del 6 de junio de 1973, dirigido al contralor general. Materia: comunica convalidación de nombramientos en el departamento de prensa y propone modus operandi al respecto.

ACTIVIDADES RELACIONADAS CON AMUNÁTEGUI 73
El 22 de enero de 1973 se impidió el ingreso de algunos funcionarios al Canal, siendo éstos recibidos en las oficinas de calle Amunátegui 73. Como consecuencia, la Corporación requirió del Consejo Nacional de Televisión la instrucción del sumario correspondiente. El fiscal del Consejo solicitó una serie de antecedentes, motivo por el cual el presidente respondió lo siguiente:

“Según las informaciones de que dispongo, desde varios días antes de que se reuniera el Consejo Directivo de la Corporación, elementos extremistas ajenos al Canal hacían acto de presencia en el recinto de los estudios y oficinas de Inés Matte Urrejola 0825. Habiéndose constituido el Consejo Directivo el 19 de enero de 1973, al día siguiente se obligó a salir de allí a los funcionarios Justo Camacho, Rubén Sola y Alejandro Jacoby. Ese mismo día en la noche el funcionario Rodolfo Severino fue insultado por uno de los elementos ajenos al Canal en presencia de Manuel Lobos, funcionario que está participando en la toma. El 21 de enero de 1973, el funcionario Temístocles Urra, telecinista, al presentarse a cumplir su turno de las 14 horas, fue acusado de sabotear de las transmisiones por el funcionario Mario Fuentes, quien le agregó que el comité de conflictos había resuelto impedirle trabajar si no era con vigilancia de otra persona a su lado, por lo cual se retiró.

El 22 de enero las puertas de acceso a los estudios estaban entornadas y había vigilantes controlando el acceso. Diversos funcionarios, advertidos de la toma, se abstuvieron de ingresar por la falta de garantías que esto representaba. Entre ellos Justo Camacho, Rubén Sola, Mireya Milosevic, María Soledad Navarrete, María Angélica Briones, Ruyer Henríquez, Norma Palma, Leonel Silva, Alberto Suárez, Rodolfo Severino y Temístocles Urra”.

A la lista anterior hay que agregar siete personas más, entre las cuales me incluyo. El 23 de enero se sumaron otras seis personas, el 25 de enero dos y luego se adhirió un nuevo grupo, llegando a totalizar cerca de cuarenta. Llamaba la atención que la casi totalidad de los periodistas elegidos no asistieran.

El 26 de enero de 1973 se publicó en la prensa lo siguiente:
“Se advierte a los funcionarios, artistas, proveedores, avisadores y público en general que de conformidad con lo dispuesto en los estatutos de la Corporación de Televisión, el jefe del servicio y su único representante legal es el presidente del Consejo Directivo. En consecuencia y encontrándose en la actualidad las oficinas y la planta transmisora de Canal 9 sometidas a una situación de fuerza ilegal que impide el ejercicio de la autoridad legítima, la Corporación de Televisión no se hace responsable del pago de servicios prestados, bienes entregados y remuneraciones o contratos ofrecidos y suscritos a cualquier título por quienes no representan la voluntad de la Corporación de Televisión, ni mucho menos de la comunidad universitaria, como tampoco reconoce responsabilidad alguna por los perjuicios que puedan arrogarse a terceros que contraten con otra autoridad o personal que no sea el presidente del Consejo Directivo”.

A pesar de la citada publicación, integrantes del programa “La manivela” concurrieron a Amunátegui 73 para requerir el pago de algunos programas realizados en el Canal. Creo recordar que les ofrecimos la posibilidad de pagarles sujeto a que suspendieran las grabaciones, pero se negaron a hacerlo.

Entre los funcionarios de Amunátegui 73 prevaleció inicialmente el entusiasmo, pero a medida que los días pasaban comenzó a propagarse el desánimo, ya que no tenían otra cosa que hacer que conversar y tomar café. Dos preguntas claves nos formulaban de manera recurrente: cuándo se recuperarían las instalaciones del Canal 9 o cuándo podrían trabajar en un nuevo canal de televisión. El aliciente de la seguridad en el pago de sus remuneraciones no les bastaba. Preocupados de qué hacer para motivarles surgió la idea de salir al aire, aunque fuera por la radio. Esta idea fue bien acogida por el Consejo Directivo, según consta en el acta de su segunda sesión y que transcribo en seguida:

“El 8 de febrero de 1973, siendo las 19 horas se reúne el Consejo Directivo de la Corporación de Televisión, bajo la presidencia del titular Eugenio Retamal, con asistencia de los consejeros Exequiel Lira, Ignacio Balbontín y Germán Vidal, en Amunátegui 73. Asisten como invitados Fortunato Bobadilla, Oscar Musalem, Alberto Suárez, Guillermo Ramírez, Werner Arias y Justo Camacho. El presidente informa que se ha programado salir al aire por intermedio de la radio, en espacios de diez minutos de duración. Estos programas serían preparados por el departamento de prensa y tendrán como misión llevar a la opinión pública la voz y la posición de la Corporación de Televisión frente a la toma ilegal de que han sido objetos los estudios y planta transmisora del Canal 9. Señala que, habiendo sostenido una reunión con representantes de las radios Balmaceda, Cooperativa de Santiago, Minería de Santiago, Yungay, Santiago, Nuevo Mundo, Bulnes y Agricultura de Santiago, accedieron a contratar la radiodifusión de los mencionados programas en diversos horarios y con tarifas preferenciales. Destaca el gesto de radio Minería de Santiago, que no cobraría a la Corporación por sus servicios. De acuerdo con las negociaciones realizadas, los programas serían grabados en radio Cooperativa de Santiago, con locutores de la Corporación de Televisión…….”.

Los mini programas radiales se llevaron a cabo. Dos de mis propias grabaciones las escuché en Pichilemu, mientras hacía uso de vacaciones. Las vacaciones, que supuse serían de un par de semanas, debí suspenderlas antes de que transcurriera siquiera la primera, porque mientras preparaba mis aperos de pesca en la playa llegó el presidente a decirme que me necesitaban de vuelta en Santiago.

Las remuneraciones de febrero sólo se pagaron oportunamente a los funcionarios de Amunátegui 73. Los cheques correspondientes a los ocupantes del Canal los dejé en una caja fuerte y viajé en seguida a Pichilemu, me parece que a votar en unas elecciones del 4 de marzo. En un diario leí más o menos lo siguiente: “El pinganilla Bobadilla huyó con los cheques. Los trabajadores del Canal 9 reunidos en asamblea acordaron enviar a buscarlo a Talca”. A pedido de personeros de la Casa Central entregué los cheques retenidos para pago.

El presidente, haciéndose acompañar por unos cuatro funcionarios dispuso y ejecutó el retiro de piezas claves del transmisor de Valparaíso. De ello y de quienes mantenían en su poder las piezas retiradas me enteré varios días después. Uno de los custodios de las piezas era el director de programas Alberto Suárez, de nacionalidad argentina, y que la prensa sindicaba como participante de un asesinato ocurrido en Concepción. Alberto ni siquiera conocía esa ciudad, pero temía que los detectives lo investigaran y que en su departamento de calle Moneda descubrieran los equipos que guardaba. Los medios de comunicación en esos días daban gran importancia a la noticia del “robo de los equipos del Canal 9”.

Preocupados de la situación, fuimos con el presidente a conversar acerca de esto con Claudio Anguita, director del Observatorio Astronómico del cerro Calán, y él nos ofreció guardar los equipos en una pequeña bodega contigua a su oficina y que le informaría al sereno para que nos recibiera a cualquier hora de la noche. En la noche de ese mismo día fui con Alberto a su departamento, sacamos los equipos y los llevamos al cerro Calán. No todo había concluido, porque luego surgió la preocupación del vendedor Alejandro Gutiérrez, porque mantenía en su casa de avenida Grecia el resto de los equipos. Quise hacer lo mismo que antes, pero esos equipos eran tan voluminosos que no cabían en los asientos ni en la maleta de mi automóvil. Los equipos ya los había sacado Alejandro de su casa e insistía en que debíamos llevarlos porque al lado vivía un comunista que podría dañar a su familia. No tuvimos más opción que cubrir los equipos con una frazada y llevarlos con la maleta del automóvil abierta. La casa que habitaba Alejandro estaba al frente del Estadio Nacional. Esa noche se jugaba un partido de fútbol, había muchos peatones circulando y una gran cantidad de carabineros. Pasamos lentamente entre ellos, imaginándonos a cada instante que los vehículos que se aproximaban pertenecían a detectives o a otras personas que nos perseguían. Apresuramos la marcha e hicimos recorridos zigzagueantes antes de dirigirnos al cerro Calán. Nadie venía tras nosotros.

Por medio del oficio 32, del 29 de mayo de 1973, el presidente de la Corporación informa a la Contraloría General de la República:
“Tengo el agrado de poner en su conocimiento que Fortunato Bobadilla Acevedo ha asumido el cargo de director general (s) de la Corporación de Televisión, mientras dure la suspensión del director general titular Carlos Sancho Domínguez, quien ha sido suspendido de sus funciones a partir del día 23 de abril de 1973 por el fiscal del Consejo Nacional de Televisión Miguel Schweitzer. Adjunto a la presente sírvase encontrar una copia del acta en que consta el orden de subrogación del director general”.

El 31 de mayo de 1973 hubo una nueva reunión del Consejo Directivo. Se crearon gerencias y se designó a quienes ocuparían los cargos. En la gerencia comercial se designó al abogado Eduardo Riesco, integrante del grupo folklórico Los Huasos Quincheros. En las demás gerencias se designó a antiguos funcionarios del Canal 9, no obstante que muy tardíamente se adscribieron a Amunátegui 73 (Juan Carlos Astaburuaga, Juan Romero y Sergio Riesenberg). Otro punto de la tabla versó sobre las acciones legales que estaban desarrollando abogados ajenos a la Corporación.

Un documento cuya fecha de emisión probable fue el 13 de junio de 1973, señala:
“Interpuestas querellas en contra de los responsables de la toma del Canal 9.
Querella criminal ante el Tercer Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía dedujeron hoy el rector de la Universidad de Chile, Edgardo Boeninger, y el presidente de la Corporación, Eugenio Retamal, por los delitos de usurpación y atentado contra la libertad de trabajo, cometidos por Carlos Sancho Domínguez, Patricio Las Heras y demás personas responsables de la usurpación de los estudios, plantas y elementos técnicos del Canal 9 de Televisión. El libelo relata la ocupación de los estudios e instalaciones del Canal, ocurridos el 19 de enero pasado, y en la cual tomaron parte funcionarios y personas extraños al Canal. También se refiere al dictado y modificaciones de los estatutos de la Corporación y a su instalación material el mismo 19 de enero pasado, procedimientos todos ajustados estrictamente al mandato plebiscitario y a las normas legales reglamentarias que rigen la materia. También se recuerda en esta querella la solicitud de instrucción de sumario formulada ante el Consejo Nacional de Televisión y sus resultados, agregando que, además del delito de usurpación se ha cometido por dichos ocupantes el delito previsto y sancionado por el Código del Trabajo al impedir la concurrencia de los trabajadores a sus funciones. La Universidad y la Corporación de Televisión solicitan al tribunal que, en definitiva, se condene a los autores de estos delitos al máximo de las penas contempladas en la ley. Solicitan, también, una serie de diligencias que permitirán configurar el cuerpo del delito. Apoderado patrocinante es Juan Agustín Figueroa Yávar. Apoderado es el abogado Sergio Coddou Clamamunt”.

Un día que no me es posible precisar, se produjo en la Casa Central de la Universidad un violento ataque con piedras que elementos extremistas lanzaban a un grupo de alumnos universitarios y que éstos repelían lanzándoles polvo químico de los extintores. Los extremistas rompieron incluso una parte posterior del salón de honor e intentaron prenderle fuego. Pude observar cómo algunos alumnos caían ensangrentados, pero se levantaban para seguir en su afán de dar protección a la Casa Central. El periodista Héctor Arenas, acostado en el piso y parapetado tras una banca, transmitía por radio y pedía ayuda. Dos periodistas mujeres permanecían sentadas en el salón de honor, paralizadas de terror. El rector y unos cuatro o cinco miembros del Consejo Superior se ocultaban detrás de unos muebles en la oficina del rector, porque llovían las piedras que se les lanzaba desde la calle San Diego. El rector llamaba insistentemente al ministro del interior para que dispusiera el auxilio de carabineros, pero no tuvo éxito. El asalto cesó al cabo de varias horas.

(Continúa el próximo sábado 19).

Fotografías: Archivo "Pichilemunews".