Fuente: www.pichilemunews.cl – 11.01.2022
– Redes del alcantarillado de ESSBIO colapsaron en 5 cuadras al menos de la Antigua Población Agustín Ross -en parte de la Zona Típica, desde 2004- que provocó el escurrimientos de aguas servidas y el hedor fétido, “perfumando” una zona de varios restaurantes y cafeterías.
En efecto, el hecho quedó en evidencia en horas de la mañana del domingo, cuando cámaras de registro de EESBIO colapsaron y las aguas servidas empezaron a escurrir por Avenida Agustín Ross en unos 300 metros a lo menos. En tanto, por calle Evaristo Merino a lo largo de 200 metros a lo menos.
Lo anterior lo pudimos comprobar a mediodía del domingo sin que se divisaran -al menos en Avenida Ross esquina de calle Merino personal de la empresa sanitaria y tampoco personal de emergencia del municipio; mientras veraneantes a pie, como automóviles -si o si- debían caminar (para atravesar) y transitar, respectivamente sobre las aguas servidas que escurrían sin control.
Comunicado municipal
Alrededor de las 13 horas del lunes 10, el municipio emitió un breve comunicado que dice lo siguiente:
Estimada comunidad, les informamos que debido a trabajos de ESSBIO en el centro de Pichilemu, se mantendrá interrumpido el tránsito en las calles Agustín Ross, entre Jorge Errazuriz y Federico Errazuriz, y en Evaristo Merino con Jaramillo. Se estima que esta situación se normalizará hacia el final del día.
Les compartimos una gráfica con detalles. EN ROJO LA ZONA AFECTADA.
ESSBIO y su responsabilidad
Cabe señalar que, la empresa sanitaria de la Región del Libertador O’Higgins, ESSBIO, que desde hace casi dos décadas tiene la concesión del alcantarillado de Pichilemu -sin pagar un peso por el alcantarillado construido a la fecha, aduciendo que los diámetros eran bajo la norma y no les servían- pese a ello, llevan casi 20 años cobrando religiosamente los “servicios de conducción y tratamiento de aguas servidas” con las mismas redes que a ellos (supuestamente) nos les servían.
Y lejos de reemplazarlas “siguen estirando el chicle” con los resultados que los turistas, veraneantes y los pocos residentes que se dan cuenta que las inversiones que ellos deben hacer -como concesionarios- las “chutean” con cierta complicidad de quienes los deben fiscalizar.
Y, por otra parte, esperando que los políticos “les financien las obras” que -como empresa privada- solo ellos deben hacerlo. No con recursos estatales, como de hecho en unas cuantas ocasiones el Gobierno Regional les ha entregado o aprobado entregar.
Fotografías: Esteban Araneda (5)/WSG (1)
