
Fuente: www.pichilemunews.cl – 31.01.2023
– Improvisados “canillitas” (*) cuando les dijeron si querían ganarse unos pesitos extras, solo voceando el “Pichilemu”, apareció el “Pichilemu”, compre el “Pichilemu”, la noche anterior no pudieron dormir con las ansias de cumplir con esa misión.
Fue más o menos así, como quedó en el recuerdo el día anterior a que apareciera -por primera vez- el periódico “Pichilemu” que salió a circulación en la mañana de aquel lejano 31 de enero de 1944.
Un verano con muchos veraneantes, pero que -aparte de todos los panoramas que solía ofrecer por esos tiempos nuestro balneario- a muchos preocupaba el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Ahí se concretó un sueño que, por bastante tiempo rondaba la cabeza del inquieto funcionario municipal, a la sazón el secretario, don Carlos Rojas Pavez.
Ese verano, se decidió junto a dos de sus amigos -con los cuales compartían similares ideales- poner cabeza y manos a la obra. Quienes lo secundaron fueron don Miguel Larravide Blanco y don José Arraño Acevedo. Y muy calladamente, excepto algunos comerciantes que fueron contactados para ofrecerles avisaje en el medio que se estaba planificando para fin de mes, redactaron noticias del acontecer pichilemino, algunas colaboraciones, y hechos los contactos con una imprenta de la región, se pactó la entrega para el 30 de enero; pero con la fecha impresa del día siguiente. Es decir, en un día como hoy …
El periódico llegó en el tren del día 30 como estaba pactado. Y al anochecer, los “tres mosqueteros” tomaron una cantidad de diarios y se dirigieron organizadamente a Hoteles y Residenciales -tuvieran avisos o no- para que a la hora del desayuno, a cada familia hospedada, se les entregara un periódico gratis en la mesa. Muchos se “desayunaron” con la sorpresa no habitual en esos tiempos, los que a decir de los respectivos dueños de los establecimientos quedaron gratamente sorprendidos por la calidad de impresión. Y por el contenido de la publicación.
Canillitas
Por su parte, los canillitas de entonces -alrededor de una veintena- que se disputaban a sus clientes en esquina tras esquina, resguardados del viento y el sol, en su mayoría acudieron a la hora pactada del día 31 de enero. Y, nuevamente con las instrucciones de vocearlo y ofrecerlo en la calle y en la playa, si lo querían, se ganarían un buen porcentaje de su valor, como una manera de darlo a conocer en el público residente y veraneante, e incentivando el interés de los niños. Todos los cuales, realizaban esa labor para ayudarse ellos mismos y a sus respectivas familias.
Los periódicos se agotaron como el pan amasado. Y los improvisados “canillitas” quedaron tan contento con los pesos extras, que preguntaron cuándo volvía a salir la próxima edición. ¡Fue un éxito! Nos contó entre sus recuerdos don Carlos Rojas Pavez, muchos años después, cuando le fuimos a expresar nuestro interés de reeditar este periódico -habido acuerdo de por medio- ante la imposibilidad de lograr una autorización de DINACOS, el organismo que imperó mientras gobernó la Junta Militar.
Solicitud que realizamos, pero de la cual nunca tuvimos respuesta, y donde recurrimos a los vacíos legales que, a veces, se dejan ex profeso. Y, tal cual como lo hizo la publicación “El Fortín Mapocho”, pudimos reeditar -el año 1986, también en una fecha como hoy, el periódico “Pichilemu”.
El cual -por razones similares a los años ’40- debimos dejar de publicar y aplicarle cloroformo para que durmiera, hasta que creamos “Pichilemunews”, valiéndonos de las facilidades y evolución de los medios de comunicación, que proporcionaba internet; lo que concretamos -como ya lo recordamos- el 14 de enero pasado al cumplirse 23 años de aquello.
(*): Eran niños que en vacaciones -como durante los días sábado y domingo, de todo el año- se dedicaban a lustrar. Niños entre ocho y quince años más o menos, que eran lustradores de toda clase de calzado.
Fotografías: Archivos “Pichilemunews”.
