Fuente: www.pichilemunews.cl – 28.04.2023
– Cariñosos recuerdos llenos de gratitud en RR.SS. brindaron exalumnos, as, como también exapoderadas, os, y también algunos vecinos, a quien fuera profesora y educadora.
– A más de un millar 350 niños -según precisó el profesor Patricio Lizana- en sus palabras de despedida, al referirse a los 30 años que formó a los cursos de primero a cuarto básico, en esa escuela.
Como ya lo dijimos, profesores activos, ya retirados, familiares, exalumnos, as, apoderados y vecinos pichileminos, fue parte de los asistentes al oficio religioso tributado en la Parroquia “Inmaculada Concepción”, en la despedida a María Edith del Carmen Cabrera González, para la gran mayoría, conocida simplemente como la tía Edith.
Antes del término de la misa fúnebre, el sacerdote a cargo del oficio ofreció a los presentes si alguien deseaba decir algunas palabras.
El profesor Carlos Yáñez fue el primero en tomar la palabra y, junto con saludar, dijo que una de sus hijas, ex alumna de la educadora -residente en otra ciudad y que no pudo estar presente- le había pedido decir algunas palabras en su nombre. Luego, dio a conocer su gratitud por la formación de su hija en sus primeros años y, que a dios gracias, hoy es una profesional abogada, como otros profesionales pichileminos que pasaron por el aula que ella servía.
Asimismo, recordó que en diversas ocasiones compartió, departió tanto como colega y como miembro de la comunidad y conoció otras cualidades de su persona que le harán recordarla con cariño y, que, seguramente le permitirían en su destino a estar mejor.
Enseguida, el profesor y director de la Escuela “Digna Camilo Aguilar”, Patricio Lizana, destacó la inmensa labor que -como a otros profesores- le correspondió en tiempos difíciles y sin los adelantos de hoy a formar a más de 1300 niños de cursos del primero a cuarto año básico, que, precisó eran los cursos que ella pedía por ser más dúctiles y se complementaban con su carácter.
Recordó: “Resulta más fácil dar a conocer y destacar los errores que a veces cometemos los profesores, y poco se sabe -dijo- de los esfuerzos, de lo difícil que resulta educar, donde muchas veces en esos tiempos, veía las carencias de sus alumnos, de elementos y útiles faltantes. Y, la tía Edith aparecía cuando veía que la única solución era proveyéndolos ella. Yo fui testigo de aquello; pero eso no se dice. No se sabe …”.
En otra parte de sus palabras, señaló: “Hoy -como lo dijo el sacerdote- hay déficit de profesores, pocos son quienes postulan para educar y estamos enfrentados a una falta de profesores preocupante. Hoy, si hay profesores con licencia médica, es muy difícil encontrar profesores de reemplazo; muy diferente a otras épocas”. Enseguida, reflexionó: “Ello, en parte es por la poca relevancia que se le otorga a la función que desempeñamos, no se le valora realmente a los profesores …”, indicó.
Finalmente, fue uno de los sobrinos mayores -Iván Cabrera Pavez- quien tomó la palabra en nombre de la Familia, recordando varios pasajes de su vida donde, dijo: “Desde muy pequeños nos juntábamos con los primos y enseñaba a jugar juegos de salón, de cartas, en la casa de nuestra abuelita paterna, alrededor del brasero, tomando mate; o muchas veces saliendo a pasear al cementerio a visitar a los deudos, o ir por las dunas y llegar a Chorrillos, o al cerro La Cruz o más lejos, a Punta de Lobos, y de esa manera la “Edith” nos daba su amor y cariño. A su manera …”, expresó.
Antes de concluir, dijo, “quiero detenerme para agradecer a todos quienes nos acompañan, pero en especial a quien cuidó a la tía en sus momentos más delicados. Y al Hospital de Pichilemu, a todos quienes le brindaron su atención, su cariño y amor …”, para enseguida desearle un encuentro feliz con su querida mamá Dor …”, pero su emoción no lo dejó terminar.
Fotografía: WSG
