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Pichilemu: Reconocida y destacada Cooperativa de Trabajo El Arco de Pichilemu -pese a vicisitudes- avanzan

Fuente: www.pichilemunews.cl – 03.02.20250

En noviembre 2024 recibió un reconocimiento a nivel regional en la Semana de las MiPymes, donde fueron seis MiPymes a nivel nacional. Y en diciembre 2024 recibió el reconocimiento de parte del municipio pichilemino, en el marco del aniversario 133 de la comuna.

Pero, no obstante, a una trayectoria impecable que se ha ido construyendo en el tiempo y que bajo ningún punto de vista se “puede crear ni menos inventar en un par de semanas”, les fue asestado un golpe bajo, al que ya nos referiremos. Ahora, hablaremos de lo bueno …

Al tiempo que se preparan para participar en la próxima versión de ÑAM en Santiago, en el Parque “Padre Hurtado”, donde fueron seleccionados.

La Cooperativa de Trabajo El Arco de Pichilemu fue creada el año 2015 y, a la fecha, sus nueve integrantes -en el rubro algas- han sabido sacarla adelante y consolidarla, constituyéndose en un ejemplo, mejorando la comercialización y, lo que es más notable: dar un valor agregado a sus productos.

Para conocer de su labor, coordinamos con su gerente-administrador, Jonathan Cornejo Tobar, a quien consultamos por los demás integrantes: Hernán Cornejo Mella es el secretario y segundo representante legal, Eugenia Tobar Carreño, tesorera. En tanto, los demás socios, son: Camilo Cornejo Mella, Clara Morales Gaete, Manuel Cornejo Mella, Sonia Tobar Carreño, Diego Cornejo Tobar y Bernardo Cornejo Mella. Una familia que trabaja cohesionada y comprometida.

Por cierto, no son los únicos en la provincia de Cardenal Caro, pero ellos ya tienen cinco productos con su sello y marca, envasados y entregando a una comercializadora que, por ahora, están insertando en el mercado de la Cuarta Región, la que carece como las demás del norte, de algas comestibles; como el cochayuyo y el luche.

Consultados por los productos que comercializan, Hernán Cornejo Mella toma la palabra y nos dice: “En principio empezamos vendiendo rodelas de cochayuyo, como era lo tradicional, y el luche en tortas; pero ahora -a la vez- desde septiembre de 2024 estamos dándole un valor agregado, para lo cual el envase lleva el logo y marca de la cooperativa -con la Resolución Sanitaria- y las normas pertinentes, lo envasamos en cinco productos diferentes, donde va en una bolsa hermética con los textos correspondientes, nombre del producto, características, peso, fecha de envasado, duración y todo lo que los organismos exigen a los productos alimenticios”.

¿Y cuáles son esos cinco productos?

Jonathan Cornejo, señala: Cochayuyo en malla (50 gramos) equivale a un muñeco (*), Cochayuyo Trozado (100 gramos), Tubito Crocante (25 gramos), Cochayuyo Corte Juliana (o pluma), de 50 gramos); y Luche al natural (10 gramos).

Para comprender de mejor manera, explique en que consiste un muñeco …

“Una maleta de cochayuyo, quien quiera y donde la haga, se compone de 3 muñecos y 3 vainas. Y una rodela está compuesta de 25 maletas; por lo tanto, una rodela está compuesta de 75 muñecos. La rodela tiene un valor aproximado de 21 mil pesos”.

¿Y cuáles son los valores de cada producto al venderse al menudeo?

“El cochayuyo en malla (o por muñeco) vale $1.990=, el Cochayuyo Trozado $1.990=, el Tubito Crocante entre $1.000= y $1.990=, Luche al Natural entre $1.000= y $1.990=, y Cochayuyo Corte Juliana $1.990=”.

No hay que ser ingeniero comercial para concluir que, bajo esta forma es más conveniente venderlo; solo que para poner el producto en el mercado es una tarea larga, ardua y, necesariamente, tiene que existir un paso intermedio: una empresa distribuidora de productos comestibles que lo ponga no solo en supermercados, sino también en almacenes de barrio.

Jonathan, al hacerle la pregunta, indica: “Eso lo tenemos claro. Como le dije antes, ya tenemos a una comercializadora en la Cuarta Región. Y, paralelamente, estamos conversando con otra de San Antonio. Al tiempo que, si una persona nos pide los productos por Mercado Libre, nosotros despachamos a cualquier parte del país. Y acá en Pichilemu, nuestros productos están en el Supermercado Don Nolo. Y en Cáhuil, en el Supermercado MUVAP y, recientemente en el negocio “Alexia””.

Volviendo un poco atrás, ¿cómo toman la decisión de poner sus productos con valor agregado?, ¿cómo lo hicieron con la marca y demás pasos previos -como el confeccionar envases, financiamiento, etcétera- contaron con apoyo de algún ente estatal?

“Bueno, para el tema de la marca y logo lo tenemos desde el año 2015 y para lo demás contamos con un ítem financiamiento dentro del contexto fortalecimiento de Cooperativas que proporciona Sercotec”, nos señala Jonathan Cornejo.

Y el nombre de la Cooperativa, que a la vez siguen ahora en sus productos, ¿cómo se les ocurre?

“Muy sencillo de explicar. Le pusimos Cooperativa El Arco de Pichilemu, porque nuestro lugar de trabajo está en un sector del Alto Colorado, donde hay una roca con forma de arco natural y, estimamos que nos identificaba y de ahí el origen a nuestro nombre”, nos agrega Jonathan.

Acto seguido tercia don Hernán y nos pregunta, ¿usted ha ido por la playa hacia Alto Colorado?

Sí, en nuestra niñez fui con amigos y llegué hasta las casas de los leones, en Panilonco …”, respondimos.

Entonces usted pasó por ahí, pues es el único camino para seguir, nos acota don Hernán …

La verdad que no recuerdo haber visto ese Arco, pues varios tramos los hicimos por arriba, orillando los predios por precaución, le precisamos ….

“Ese impresionante arco de roca, formado por la fuerza del viento y el mar a lo largo de miles de años tiene una forma de túnel que se ha convertido en un símbolo de nuestro trabajo y de la belleza de nuestro entorno”, acota Jonathan.

Y, acto seguido, precisa. “El Arco no solo es un ícono natural de la zona, sino que también es la pasada obligada para llegar a nuestro principal lugar de extracción de algas: Alto Colorado. Esta área es conocida por su riqueza en recursos marinos, los cuales recolectamos con dedicación y respetando siempre el medio ambiente y la normativa

Este rincón de Pichilemu no solo representa la esencia de nuestro trabajo como buzos y recolectores, sino también el compromiso de nuestra cooperativa con la sostenibilidad y la identidad local”, remata.

Lo malo y lo feo

Pero dentro de todo lo satisfactorio y de los planes que tienen de seguir creciendo y expandiendo sus productos, y tras manifestar nuestra impresión por la cantidad de certificados, diplomas, galvanos que hay en su oficina contigua a las bodegas donde acopian su cochayuyo seco para trabajarlo, porcionarlo y envasarlo, don Hernán expresa lo que lleva adentro, su amargura, que en vano su hijo Jonathan intenta atajar, pero sin resultado.

“Sabe don Washington …, estamos contentos, por una parte, nos han apoyado, nos han reconocido como usted ya lo ha visto, pero hay algo contradictorio que no se sabe, algo muy injusto, que a mí que tengo ya 73 años no me deja dormir desde hace tiempo … Le voy a contar, llevo toda mi vida prácticamente trabajando en el mar. Mi educación fue poca, porque las condiciones no estaban para estudiar y había que trabajar junto a mi padre y hermanos. Desde años soy el presidente del Sindicato de Buzos y recolectores de algas, he luchado junto a otros, y, como parte de los socios de la Cooperativa, creo que debemos ser uno de los pocos que, y quizás los únicos, que hemos solicitado Veda para el Cochayuyo, para proteger este recurso. Lo planteamos ante la Subsecretaría de Pesca y se logró. Cada año desde el 1° de mayo al 30 de noviembre se decreta veda. No se puede extraer para que crezca y no desaparezca. Siendo así las cosas, ¿cree usted que si nosotros mismos pedimos esa veda, seríamos capaces de infringirla?”, nos pregunta.

“Sería una contradicción más grande que una catedral, donde se expondrían a multas, quizás hasta algo peor”, replicamos.

“Exacto. Como podríamos ser tan desatinados, ¿no es cierto?

¿Qué pasó realmente?

Finalmente, nos contó los detalles de su amargura y la preocupación que tiene el mayor de los integrantes de esta Cooperativa de Trabajo denominada “El Arco” de Pichilemu; pero como muchas veces ocurre, nos solicitaron el resguardo hasta que la situación decante, para una vez informados del desenlace, demos a conocer el caso.

Por lo pronto, decir que no todo lo que brilla es oro y, que mientras se trabaja y se espera que el criterio prime en las situaciones que aparecen, no siempre se actúa ni se aplica el criterio, la justicia. Al contrario, no se aplica el criterio, sino se actúa con falta de criterio, con abuso de poder y menos justicia.

Fotografías: Cooperativa El Arco de Pichilemu/WSG.

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