Fuente: www.pichilemunews.cl- 16.06.2023
– Actos conmemorativos y de celebración -según acordó la institución deportiva- será el viernes 7 de julio, con un espectáculo en la Pista Teatro Municipal.
– Banda Suite, Tributo a la Nueva Ola (Dúo Dinámico), Rancherita “Consuelo Beatriz”, y una gran Sonora para amenizar los bailables. Además, habrá bar, cocinería, y un agradable ambiente, a partir de las 19.30 horas.
Catorce años de promedio -de los jóvenes- y de menos de 20 años -los mayores- era el promedio de aquellos estudiantes, jóvenes y adultos que aquel lluvioso 15 de junio de 1963 fueron parte de la convocatoria que sobrepaso a más de una treintena de personas.
Eran meses, semanas y días que “parecían eternos” cuando finalmente el cura párroco de entonces -sacerdote diocesano Orozimbo Fuenzalida y Fuenzalida- que había aceptado a fundar un Club Deportivo, para dar satisfacción a liceanos, cruzados, acólitos, guardias de honor, y algunos mayores invitados de un club deportivo existente y cercanos a la Parroquia.
No obstante a la lluvia que caía inclemente, la mayoría llegó puntualmente a la hora convocada y la Biblioteca Parroquial -en el ala poniente de la Parroquia- se hizo estrecha, pero todos se acomodaron en las sillas y bancas dispuestas.
Y, así sin mucho preámbulo, el cura Fuenzalida hizo una introducción de lo que significaba ser partícipe de una institución deportiva como la que queríamos crear, de la responsabilidad que ello implicaba ser parte de un club deportivo. Lo mismo, del deber de defender los colores de una institución, donde aparte de la lealtad, pundonor, entusiasmo, debía mantenerse siempre la caballerosidad con el rival, con el antagonista, adversario, al que nunca debía considerarse un enemigo; pues ellos, también defendían su enseña con iguales valores.
Viendo que estaba presente el joven estudiante Manuel Mella Farías -que estudiaba humanidades en otra ciudad- y para lo cual se le había invitado, el sacerdote informó que traía de regalo unos Estatutos tipo, Libro de Actas, Registro de Socios, de Tesorería, para que se empezara la parte administrativa en forma ordenada. Acto seguido, le pidió a Manuel Mella que escribiera un encabezado que él le dictó para cumplir con lo que era preciso dejar registrado y cumplir con la normativa para ese tipo de actos administrativos. Luego, a otra persona le pidió leyera uno a uno cada Título y artículos, para lo cual se iba consultando a los allí reunidos, aceptándolos, para pasar al siguiente; trámite que, si bien era tedioso, correspondía sí o sí realizarlo. Nadie se opuso a ningún artículo, puesto que el sacerdote Fuenzalida había recalcado suficientemente que los Estatutos pertenecían a una prestigiosa institución deportiva. Y, por ende, nada era ajeno a lo que correspondía aprobar; pero no por ello había que saltarse el “trámite de la lectura”.
No obstante, a lo anterior, tras aceptarse los estatutos, hubo unos tres o cuatro mayores -incluso padres de algunos de los que estábamos allí reunidos- que solicitaron la palabra para felicitar a los allí reunidos por la nueva institución a la que estaban dando vida, pero que, en razón de pertenecer a uno de los clubes más longevos de Pichilemu y haber sido jugadores -sin ponerse de acuerdo- se excusaron de firmar los registros del nuevo club; haciendo hincapié que quedaban disponibles para brindar apoyo y consejos si lo estimaban era necesario.
Firmas
Luego de esa aclaración de los invitados mayores, el cura Orozimbo Fuenzalida pidió que en forma ordenada fueran levantándose para firmar los registros de los socios; lo que no se inició antes que el propio sacerdote fuera invitado a encabezar el listado de socios fundadores de la nueva institución deportiva.
Así, tras unos momentos de mucho entusiasmo, fueron firmando uno a uno estudiantes liceanos, acólitos, cruzados, guardias de honor, entre otros. Y, tras ello, se procedió a elegir al Directorio, el que quedó integrado por Hernán Muñoz Jorquera, como presidente. Luego los demás cargos …
Luego se trató la elección del nombre, lo que quedó como “Independiente”, tras concitar mayoría ante otros nombres alternativos.
En tanto que el uniforme, por amplia mayoría, se eligieron camiseta blanca, pantalones negros y medias blancas; los mismos colores del club más popular del país.
Asimismo, se acordó fijar reuniones y una fecha tentativa de debut oficial; al tiempo que quedó conformada una Comisión para conseguir entre destacados personajes públicos y comerciantes, a fin de lograr el regalo de indumentaria deportiva para la joven institución deportiva recién creada y debutar en un futuro cercano. Institución que -paralelamente- se afiliaría a la Asociación de Fútbol local, a fin de ser partícipe de los campeonatos deportivos organizados por ese ente rector a nivel comunal.
Para que decir, todos los ahí presentes respiraban felicidad, orgullo de haber sido socios de esa institución deportiva que tanto se había anhelado y, que por fin, era una realidad.
Nadie se quejaba ya de lo mojado que estaba al llegar, sino todo era satisfacción. Y tras darse por cerrada la reunión constitutiva, cada uno, en grupos o separados se fueron despidiendo al tiempo que enfilaban a sus respectivos hogares con el deber cumplido.
Fundadores
Hoy, al cabo de esos sesenta años, la gran mayoría de esos socios fundadores han partido. Y, quienes creemos que existe un lugar especial en donde se continúa en otra dimensión, no dudamos que -desde allá, donde quiera que estén- están sintiendo iguales sentimientos, como los pocos fundadores que seguimos siendo parte del CDI, aunque más alejados de quienes han seguido al frente -como dirigentes, jugadores, socios- trabajando y defendiendo los colores y dándoles alegrías; a todos los cuales saludamos, felicitamos por todos sus esfuerzos y deseamos que sigan por el camino trazado, pues el futuro es más largo de los ya pasados.
Fotografías: Archivos CDI/WSG