
Fuente: www.pichilemunews.cl – 30.12.2024
“… y en el ……. día se hizo la luz” y, así, se irán encendiendo las luces que le darán una visión distinta, romántica, nostálgica, a ese maravilloso parque que nos legara -junto a otras instalaciones únicas del balneario- el visionario y hombre múltiple que fue don Agustín Ross Edwards.
Al Parque de Palmeras municipal -declarado monumento histórico junto al edificio conocido como Casino, el año 1988- está invitando a todas y todos, el municipio encabezado por el alcalde Roberto Córdova Carreño y la presidente de la Cámara de Turismo de Pichilemu, Mariana Vidal Gómez, hoy lunes 30 de diciembre a las 21:00 horas en la entrada principal del Parque Ross.
“Nos encontramos para ser parte de la ceremonia de iluminación de las palmeras del emblemático Parque Agustín Ross”, concluye la invitación con la que están invitando a través de las redes sociales.
21 años
La iluminación de las palmeras fue en diciembre de 2003, por iniciativa de la propia Cámara de Turismo de Pichilemu, que entonces presidía el empresario del rubro espectáculos, Álvaro Sifón Ocampo, tras la realización de la Corvinada más grande del mundo realizada ese año en el mismo recinto, evento inédito y exitoso pese a los agoreros de entonces.
Y se dio en el contexto del evento Año Nuevo junto al mar que acuñó la misma institución, que incluyó el lanzamiento de fuegos artificiales a lo lardo de la playa principal, mientras el público convocado de toda la región, entre otras, llegó en masa y cubrió cada uno de los rincones y miradores para apreciar el espectáculo.
El público apostado en el Parque Ross tuvo una vista privilegiada para contemplar, tras los abrazos y brindis con champagne francés -dispuesto a quienes querían algo más especial- mientras otras familias cenaban en el lugar un menú especial para tan importante acontecimiento.
Aparte de música para bailar esperando el cambio de folio. Y tras el espectáculo, cada uno seguía la fiesta en sus casas o simplemente en donde estuvieran …
Con los años y por un tiempo se fue circunscribiendo a fuegos artificiales y música para animar el bailoteo, hasta que poco a poco -ante solicitudes diversas- se eliminaron los fuegos artificiales. Y, en las casas donde hay mascotas -creo- no se pone ni la TV (a menos que esté sin volumen) para no maltratar a las criaturas.
Imagen: Municipalidad de Pichilemu
