
Fuente: www.pichilemunews.cl – 02.11.2021
Recientemente fueron inauguradas importantes obras de infraestructura en el recinto del Aeródromo del balneario pichilemino, que mejoraron notablemente las condiciones de seguridad, acercándose a estándares internacionales.
En esta fecha -como ex dirigente del CAP- saludamos a los fundadores Carlos Echazarreta Iñiguez, Fernando Escobar Hevia, José Lino Vargas Jorquera, Humberto Miranda Vargas, este último el “primer piloto formado en el CAP”.
Cuando aquel 2 de noviembre de 1964 más de medio centenar de pichileminos -de diferentes actividades, con abstracción de condición social, religiosa y política- se reunieron para dar vida al Club Aéreo de Pichilemu, se cumplió un viejo anhelo que estaba flotando de décadas.
En efecto, pues desde los años ’40 que Pichilemu disponía de una Cancha de Aterrizaje que era frecuentada de muy de vez en cuanto por pilotos de clubes aéreos de Santiago, Rancagua, San Fernando, entre otros.
Un campo aéreo que recién por los años ’50 logró ser medianamente nivelado, gracias al convenio que el municipio pichilemino realizó con el Club Aéreo de Rancagua, para que esta institución lo administrara y gestionara recursos con servicios públicos, para mejorar las condiciones de su superficie, lo que se logró al poco tiempo.
Todo ello fue un impulso para que la idea de fundar un Club Aéreo con el paso del tiempo se afianzará, dándole un empuje mayor con la llegada del funcionario público y piloto civil -formado en el Club Aéreo La Serena-Coquimbo- Tulio Barrantes Quezada, quien a principios de los años ’60 llegó asignado como Tesorero Comunal al municipio local.
Fue la paradoja de tener Cancha de Aterrizaje, pero no Club Aéreo, lo que lo llevó a motivar junto a otro piloto civil afincado en Pichilemu -el comerciante Lautaro Arce Vásquez- encabezaron una verdadera cruzada que, permitió que ese 2 de de noviembre de 1964 se reunieran más de medio centenar de visionarios pichileminos para darle vida legal a la institución aérea.
Hoy, desde muchos años y por razones de edad, algunos de sus fundadores -aún vivos- permanecen alejados de la institución, estando la mayoría de aquellos fundadores durmiendo el sueño de los justos.
Asimismo, otros antiguos por razones de trabajo y familiares -entre ellos pilotos civiles- permanecen en otras ciudades.
En la actualidad, la mayoría de los socios activos y socios cooperadores siguen bregando para darle a la institución un permanente vuelo y altura, situación que -como muchas instituciones- no siempre ha sido como desde un tiempo a esta parte, una institución que busca crecer para no solo “hacer aviación” sino estar dispuesta a ser un puente aéreo cuando las circunstancias así lo requieran para servir a la comunidad en casos de emergencias de diversa naturaleza.
Como socio y ex dirigente hacemos votos para que la gestión actual siga guiando al CAP, con “vuelo recto y nivelado” dentro de los cauces e institucionalidad que de acuerdo a la ley los rige; al tiempo que deseamos felices 57 años.
Fotografías: Archivos “pichilemunews”
