
Fuente: El Rancagüino online – 17.01.2022
– El sábado, en Pichilemu, Litueche, Navidad y Paredones, la recomendación de abandonar la playa fue cumplida a cabalidad.
La tranquilidad de un sábado de verano fue trastocada por la alerta dada a conocer por Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) y el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
Las imágenes que llegaban desde Oceanía comenzaron a generar preocupación, y tras los correspondientes análisis de datos, se emitió la alerta de estado de precaución por un tsunami que se acercaba a las costas de nuestro país.
Así, mientras avanzaba la tarde y vía mensajería SAE, se alertó a los habitantes de la zona costera de la región de O’Higgins que debían abandonar la playa y quedar a resguardo en zonas más altas. Rápidamente, y de manera ordenada, los bañistas que se encontraban en Pichilemu tomaron vías de salida. Muchos caminando hacia sus hogares, otros decididamente tomaron sus vehículos y salieron de la comuna. Afortunadamente no hubo incidentes que lamentar allí.
Mismo caso en Navidad, donde el mar se recogió cientos de metros. Las lecciones aprendidas tras el 27F se aplicaron correctamente y todos hicieron caso del llamado de la autoridad. En Bucalemu, lo propio.
En todos estos lugares, personal policial y de la Armada apoyaron en entregar la información y despejar como correspondía el borde costero.
Así, llegada la medianoche, los organismos técnicos levantaron la alarma y este domingo las playas cobraron su habitual vida de verano. Para fortuna de los habitantes de O’Higgins, el tsunami de Tonga, solo generó la debida preocupación.
Fotografías: Marco Lara/El Rancagüino
