
Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 01.06.2025
La familia del Club Deportivo y Cultural “Arturo Prat” de Pichilemu siente un inmenso orgullo cuando escuchan su himno el mismo que creó Carlos Julio Llanos y Alba Rojas de Julio. Se constituyó el año 1939 y desde entonces a ocupado un lugar de privilegio en el desarrollo de las actividades deportivas y culturales de Pichilemu.
Destacan entre sus socios Jaime Urzúa, Manuel Llanca, Carmen Aliaga, Bernardita Aliaga, Rogelio Espinoza, Alejandro Leiva, Luis y Eduardo “Dardo” Arias, María Arias, Francisco Bozo, Hernán Olivos, Leonel Jara, Modesto Carreño y Augusto Aliaga entre tantos socios que supieron darle alegrías en diversos campos a gran parte de la población pichilemina.
Lugar: Comedor: “El Rancho Grande”
Propietario: Alejandro Leiva Pozo.
Años: 1960 – 1963.
Sketch: “Desafíos a puro verso”.
Ante un pequeño escenario y un público acomodado en distintos puntos del local aparece un grupo de amigos hechos los “puetas”. El guitarreo de Óscar González como música de fondo “le da color” como para entusiasmar al grupo, los mismos que agarran “papa” y se lanzan con unos versos que aluden a personajes pichileminos de la época.
El 0scar González se las manda con el siguiente verso:
“Aquí les vengo a cantar
atendiendo mis razones
y no me pienso desinflar
frente a este grupo de “hue…s”
El “Nano” Olivos no tarda en responder:
“Para todos los presentes
agarren bien la tetera
si quieren sacar aceite
siéntense con “coch’e tercera”
Pa’ no ser menos el “Moncho” Jara la continúa:
“Si quieren comer gallinas
vayan a un corral
seguro van a encontrar
al “Lalo” agarrando un par.”
“Panchote” Bozo con la chispeza tan propia, versea:
Allá donde Pancho Lorca
es fácil de encontrar
al “pate palo” durmiendo
cubierto con un morral.”
El “Nano” Olivos vuelve a la carga diciendo:
Muy cerca del Infiernillo
viven muchos pajaritos
pero el que más sobresale
es el “Lucho Jote y sus hijitos”
“Moncho”Jara la revienta cuando dice:
“Caminando por la “Pinto”
se escucha con mucha fuerza
al grito de “lo mataron ohh”
mientras bebían un “tinto”.
Versos van y versos vienen utilizando toda la picardía criolla, hasta el aplauso de los asistentes que los despide agradeciendo la genialidad de todos ellos.
Lugar: “Salones Hotel City”
Administrador: Guillermo Bradley
Años: 1966 – 1969
Sketch: “Mambo que rico el Mambo”.
Mario Gutiérrez y Enrique Vargas con sus pómulos pintados, una pañueleta sobre sus cabezas y unos pintorescos vestidos que ondean al viento se enfrentan al público que abarrota el comedor del Hotel City.
“Mambo que rico el Mambo”, la canción de moda del momento empieza a sonar obligando a los actores a seguir el ritmo, al tiempo que mueven piernas y caderas levantando sus vestidos y provocando sonoras risas de los asistentes.
Conociendo la personalidad chicharachera de Enrique Vargas a diferencia del introvertido Mario Gutiérrez el espectáculo provoca aplausos y hurras sobre todo cuando estos personajes levantan sus vestidos dejando ver sus taparrabos consistentes en una prenda interior parecida a un pantalón corto que dejan al descubierto sus “cañuelas”.
Al término de la canción los actores son despedidos entre aplausos destacando la personalidad para enfrentar al público con sus graciosos movimientos.
Lugar: “Pista Municipal”
Propietario: Municipalidad de Pichilemu.
Años: 1964 – 1966
Sketch: “Allá en el Campo”.
Recreando una obra teatral cuya trama se desenvuelve con Modesto Carreño como el patrón del fundo, “Panchote” Bozo como el padre biológico, Bernardita Aliaga como la niña embarazada y Augusto Aliaga como el padre adoptivo.
La escena transcurre en una casa de campo donde el patrón al ver afligida a la Bernardita le pregunta:
¿Qué te pasa chiquilla que te veo tan abatida?
Nada patrón, no me pasa nada.
No me vengas con esas cosas, te conozco y tú andai muy rara últimamente.
En eso entra el Augusto el mismo que ya sabía lo que pasaba y le dice a la Bernardita. Al patrón no se le miente. Dile lo que te pasa.
La Bernardita se arma de valor y le dice: Lo que pasa es que con el “Panchote” vamos a tener un hijo. Yo no sé cómo pasó eso patroncito .. se lo juro.
Augusto anda a buscar al Panchote le dice el patrón. Entra Panchote con cara asustada y pregunta. ¿Me necesita patroncito?
¿Qué te pasa con la Bernardita bribón?
Nada patroncito, no me pasa nada contesta Panchote con cara de inocente.
¿Ella dice que espera un hijo tuyo y tú decís que no pasa nada?
Yo no sé cómo se hacen esas cosas remarca Panchote con una cara picarona.
No te hagai el leso y asume tu responsabilidad le dice el patrón. Ahora mismo nos vamos pa’ la iglesia, todos de una vez, para no ofender a Dios con este acto pecaminoso.
Voy por mis cosas dice Panchote y sale al patio agarrando “patitas pa’ que te quiero” y perdiéndose en el pajonal de la laguna de Petrel, lugar dónde todos sabían que se juntaba con el ” hombre chancho”.
El Augusto que desde siempre había pretendido a la Bernardita, con voz humilde le dice al patrón. “Patroncito, no podemos ofender a Dios, no seré su padre biológico de ese niño, pero puedo ser su padre adoptivo y le prometo que cuídaré de él como si fuera de mi propia sangre.
El patrón que ostenta el poder sobre sus inquilinos acepta y les da su bendición yendo de inmediato donde el cura Núñez para que los cace y los ponga al lado de nuestro Señor. Se abrazan despidiéndose de un público que agradece el mensaje humano y misericordioso que envían a la población pichilemina mientras el público observa en un extremo del escenario las cabezas del hombre chancho, el cura Núñez y Panchote.
Lugar: “Pista Municipal”
Propietario: Municipalidad de Pichilemu.
Años: 1967 – 1969
Sketch: “Operación de Emergencia”.
Llega a emergencias de la Casa de Socorro el Jano Vargas con una úlcera que ya se le revienta. El doctor Panchote Bozo ordena que lo pasen de inmediato a la sala de operaciones. Le dice al enfermero Nano Olivos que prepare todo puesto que habrá que operar de emergencia.
Colocado en la mesa central todos con batas blancas, pañuelos en la cabeza y con un pucho en la boca comienzan la operación.
Bisturí dice Panchote y el Nano le pasa un cuchillo casi de medio metro.
Panchote le abre el estómago y le saca un salchichón de casi un metro. En eso entra el Enrique Vargas y se la pasan colocándoselo este alrededor del cuello. El Nano Olivos que sapeaba muy de cerca le dice: ahí hay algo más y le sacan una damajuana de cinco litros. Se la pasan al Enrique y este aprovecha de abrirla y pegarse un pencazo ahí mismo. Nano Olivos y Panchote se la quitan y también se pegan un guascazo. Sigue la operación y le sacan un serrucho, un martillo, un alicate, un formón una manguera de casi cinco metros y un arrollado de chancho con una panera llena de pan. A medida que le iban sacando se las iban pasando al Enrique que ya no le alcanzaban las manos para sostener todo lo que habían extraído del estómago. Terminada la operación se acomodan y ahí mismo comienzan a “darle el bajo” al arrollado y a brincarle a la damajuana.
En eso se levanta el Jano Vargas de la mesa de operaciones y les dice: ” Está si que está buena. El comistrajo y el copete lo pongo yo y ni siquiera invitan”.
(*): Profesor Universidad de Concepción.
Nota: Formado en esa casa universitaria penquista.
Fotografías: CDyC “Arturo Prat”/Archivo “Pichilemunews”.
